¿CÓMO ENTRARON LAS BANDERAS? Vía libre: tras la lluvia, los barras de Boca entraron ayer al estadio para secar sus banderas Una imagen elocuente se vio ayer en La Bombonera cuando aparecieron desplegadas al sol las banderas y tirantes de "La Doce", la barrabrava del club, que aprovechó el día de sol para secar sus distintivos, afectados el domingo por la lluvia durante el partido entre Boca y Racing. Un argumento más para derribar el discurso de los dirigentes, los que aseguran no tener relación con estos hinchas.
¿Cómo ingresaron las banderas?
La respuesta es siempre difícil de probar porque, llamativamente, las cámaras que registran la puerta por donde habitualmente entran los barras, no funcionan. Pero no es, sin embargo, difícil imaginar que las banderas están dentro del estadio y que estos hinchas se manejan por allí con la libertad (o impunidad) que ningún otro socio tiene.
Daniel Angelici, presidente de Boca, no ha sido precisamente "prolijo" a la hora de hablar de los barras. Ha declarado cosas como "en Boca no hay barras, pero conozco a algunos", aunque en una declaración realizada al diario La Nación en junio de 2013, dio en la tecla cuando mencionó la palabra "hipocresía" por parte de los dirigentes al hablar de este tema.
"Desde que soy presidente vengo más temprano al club y no me los cruzo, pero mientras era tesorero o vocal, cuando he salido me los crucé en el playón y si me saludan y me dicen "buen día' les digo "buen día'. Y así les debe pasar a la mayoría de los directivos. Son parte del club, son socios que vienen al club, van al departameto de socios, van a la confitería o alguno en el verano puede venir a la pileta. Son parte de una realidad. Hay dos formas ver las cosas: ponerlos debajo de la alfombra o ponerlos sobre la mesa. Yo entiendo que los problemas se solucionan arriba de la mesa, pero sin hipocresía. Entiendo que en este tema hay demasiada hipocresía".
La escena es clara. Los dirigentes avalan la presencia y el accionar de estos grupos a los que dicen combatir. Por acción, por omisión, por connivencia, por interés. En Boca quedó demostrado ayer con las banderas secándose al sol. Pasa sin embargo en todos los clubes. El maravilloso cuento de Julio Cortázar intitulado "Casa Tomada", bien podría deformarse en "Clubes Tomados". Los barras ganan poco a poco el terreno y los dueños genuinos del club, los socios, terminarán ocupando cada vez menos espacio hasta, quizá, yéndose definitivamente ante el avance de los inescrupulosos.
Miércoles, 17 de septiembre de 2014
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