ANIVERSARIO DEL CONGRESO EUCARISTICO NACIONAL La Iglesia pide una sociedad libre de carencias espirituales y mayor diálogo Monseñor Andrés Stanovnik y Domingo Salvador Castagna brindaron su mensaje por motivo de los diez años del Congreso Eucarístico. “El mundo revela profundas carencias espirituales”, dijo el arzobispo emérito. “Necesitamos diálogo sincero”, expresó el actual conductor. La feligresía local recordó el décimo aniversario del Congreso Eucarístico Nacional con una celebración especial en la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”. Los arzobispos Andrés Stanovnik y Domingo Salvador Castagna enfatizaron en las huellas que dejó el encuentro. “El Señor me ha dispensado una gracia, inusual en la vida de un simple obispo: la celebración de un Congreso Eucarístico Nacional, cuya sede elegida fue la Arquidiócesis de Corrientes, entonces bajo mi cuidado pastoral”, recordó el arzobispo Emérito, entonces organizador del encuentro. El prelado habló minutos antes de la ceremonia religiosa por el décimo aniversario. Previo al congreso el prelado había reparado en dos cuestiones. “Corrientes acababa de salir de un conflicto político-institucional de graves derivaciones, en el que nuestra Iglesia arquidiocesana debió hacerse evangélicamente presente”, señaló. “La pobreza económica de nuestra provincia, que desalentaba una empresa de tal envergadura”, fue la segunda objeción. Sin embargo, con apoyo de la Conferencia Episcopal Argentina, la provincia fue sede del encuentro que atrajo a más de 100 mil personas, entre religiosos y feligreses del país.
Carencias “La Eucaristía es Cristo, pan bajado del cielo. Incluye los valores humanos cuya obtención da vida a los hombres y cuya ausencia se la quita”, expresó Castagna en su mensaje. “El mundo revela profundas carencias espirituales, origen de los males que se manifiestan radicados en todos los niveles de la sociedad. La Argentina es parte de ese mundo carenciado y que, por lo mismo, necesita el pan nutritivo”, prosiguió el arzobispo Emérito.
Diálogo “Ciertamente, ese encuentro eucarístico nos ayudó a crecer como Iglesia. Entre los muchos beneficios espirituales que recibimos, quisiera destacar la formación que ayudó a profundizar la centralidad insustituible de la Eucaristía en la vida del creyente y de la comunidad”, manifestó más adelante Stanovnik, durante la homilía. “Jesucristo, señor de la Historia, te necesitamos para que nos libres de la ambición, de las hostilidades, de la falta de diálogo, del abandono de los pobres y tantos otros males que nos paralizan y oscurecen nuestra vida”, manifestó Stanovnik. “Y nos lleves por el camino del diálogo sincero”, añadió.
Sábado, 6 de septiembre de 2014
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