EMILIO ROTELA La patria grande Kirchnerista para unos pocos y sin rumbo La concentración de poder del Kirchnerismo ha sido en todos estos años galopante y hoy en día el flagelo más importante de la política argentina. El uso y abuso de decretos de necesidad y urgencia, reformas en la justicia, decretos para presionar la carga impositiva en las retenciones y las exportaciones, los “superpoderes” que controlan el presupuesto nacional sin que el congreso gravite en el tema, son la columna que permitieron que este gobierno concentrara el poderío a tal punto que las consecuencias de ello las estamos viviendo hoy en día.Y es solo su incapacidad y la falta de metas, con funcionarios incapaces y en muchos casos corruptos, sin explicación alguna de lo que quiere el gobierno y cuáles son los resultados a los que quiere llegar lo que los están llevando como un barco a la deriva, en donde sus tripulantes están dando los últimos manotazos de ahogado.
Este gobierno que durante su “década perdida” ha sabido usar muy bien su prepotencia y obstinación en sus decisiones, ya sea por méritos propios o porque en frente no ha tenido una oposición política acorde a las circunstancia y a veces favorecidas por algún artilugio económico en detrimento de toda una sociedad.
Lo que si queda más que claro es que el relato nacional y popular no era más que un encabezado publicitario al cual el Kirchnerismo ha sabido usar gracias a esa concentración de poder, gracias al uso indiscriminado de los fondos económicos del pueblo atraves de los tan mentados subsidios, sin tener en cuenta que con los millones malgastados se habrían podido crear millones de puestos de trabajos genuinos con salarios dignos.
Pero el populismo, no podemos olvidar, lleva a crear la necesidad de una parte del pueblo a aferrarse a ese poder que es quien los mantiene, pero no con el dinero de sus bolsillos sino con los de otros argentinos. Creando así ese quiebre social e institucional con los que los Kirchner siempre han picaneado a toda la sociedad.
Ellos están convencidos, no solo por terquedad o ideología, que mientras puedan evitar focos de levantamiento y convencer a una porción significativa de la sociedad, esa porción por ellos mismos denigrada, de que el modelo debe seguir adelante porque de lo contrario todos estos subsidios y privilegios se acaban, fundando aún más onda la grieta dentro de nuestra sociedad, “divide y reinaras” dice el dicho.
En un año la pauta publicitaria oficial ha crecido un 63% y ni así pueden tapar la realidad de la inflación, el desempleo, el cierre de fábricas, los problemas fiscales, la inseguridad la deuda pública, las serias dificultades por las que atraviesan las provincias y municipios; cuando vemos esta cifra del 63%, que equivale a unos 700 millones en estos últimos cinco meses creo que da mucha bronca que haya muchos compatriotas viviendo en la indigencia y muchos trabajadores sin poder tener un salario digno.
Ante todo este panorama nacional, que es la realidad y no el país de las maravillas de Kristina y secuaces obsecuentes, el mismo ministro Kicillof reconoció que el gobierno no puede solucionar la crisis económica, aunque si rápidamente argumento y echo la culpa a una crisis económica mundial existente.
Por el contrario, en caso de crisis o amenaza, no queda otra que aferrarse lo más fuerte al poder, destruir o debilitar lo más que se pueda al “enemigo”, y fagocitar a la tropa propia (la Campora mas que incluida) crear un misticismo extremista, acrecentar y endurecer los mecanismos de opresión al pueblo…si estás conmigo te doy, si no, estás fuera del reparto.
La soberbia y la negación a que los problemas no existen y la culpa es del otro han llevado a que este gobierno verdaderamente nos allá hecho perder una década, la incapacidad y el alto índice de corrupción han hecho desplomar la posibilidad nuevamente de que la argentina creciera y resurgiera como potencia a nivel continental y mundial.
Nos queda a nosotros ciudadanos y trabajadores comunes del día a día ver y buscar una salida a este momento de nuestro país, mas allá de lo meramente político de una elección está el ver y buscar cambios en nuestra mentalidad y educación para poder esperanzarnos por un país mejor y digno para todos. Sin Cultura, sin Educación y sin un Trabajo genuino y digno esto será cada vez más difícil y lejano.
Martes, 2 de septiembre de 2014
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