YACARE CAMPEON “Ganarle la final a Ferrer hizo más grandioso todo”, confesó Mayer El correntino regresó ayer al país pero asegura que sigue sin “caer” que en Hamburgo conquistó su primera corona ATP. “Jugué muy bien, estaba muy suelto y disfruté la final”, narró el 27º del mundo. Con una hélice de metal -trofeo de campeón del ATP 500 de Hamburgo- arribó ayer a Buenos Aires el tenista correntino Leonardo Mayer, actual 27º del ranking mundial. Una vez en suelo argentino, lo que vino después fue el reencuentro con su novia Milagros y una serie interminable de entrevistas. Por momentos parecía la cadena nacional del “Yacaré”. Pero él, sencillo como siempre, atendió el teléfono una y otra vez, y charló con la gran mayoría. Una de estas entrevistas fue con El Deportivo de radio La Red, a quienes comentó: “Trato de atender a todos, también descansar y pensar en que gané el torneo”. Es que aún luego de su regreso al país y a la tranquilidad del descanso, y al menos unos días de ocio, Mayer no “cae” en que conquistó su tan anhelado primer título. “Jugué muy bien y por eso pude quedarme con el torneo, y el ganarle la final a Ferrer hizo mucho más grandioso todo”, admitió Leo, quien con su habitual humildad confesó: “Antes del partido miré las estadísticas y vi que él (Ferrer) tenía 43 finales jugadas y yo una nomás, que era algo nuevo para mí y que para él ya era algo habitual”, dijo riéndose de sólo recordarlo. Pero, evidentemente, esto no pesó a la hora de salir a la arcilla alemana, donde se vio a un muy desenvuelto Mayer. “Jugué muy bien, estaba muy suelto y disfruté la final, por eso pude ganar, disfruté desde que entré a la cancha hasta lo último, todo”, expresó. Mayer, jugador de estilo ofensivo, resistió extensos peloteos con Ferrer, el segundo mejor tenista de canchas lentas (detrás de Rafael Nadal), lo que en otros tiempos le hubiese sido imposible. “Ya venía jugando bien de fondo, y más tranquilo, sin apurarme. Por eso pude jugar de fondo como si toda la vida lo hubiese hecho así”, puntualizó.
Confianza plena Confianza parece ser la palabra indicada para definir este momento del “Yacaré”. “Esto es mucho entrenamiento y tranquilidad, si no tenés tranquilidad dentro de la cancha parece que todo lo que viene del otro lado es como que te quema en la mano y querés terminar rápido el punto”, describió Leo, quien al respecto añadió que “es la tranquilidad de jugar, el si ganás, ganás, y si perdés, perdés… entender que es sólo un juego y que siempre tenés otro por delante, que cuando empezás a entenderlo así es todo más sencillo y jugás mejor”, confesó. “Todo tiene que ver con los nervios, los problemas que sufrí en la espalda y también en los partidos, los calambres… pero este partido lo aguanté bien, es difícil con Ferrer soportar el ritmo, porque te juega muchas pelotas, y me la aguanté bien, terminé cansado pero normal, no muerto”, destacó Mayer, a quien la impaciencia ya no le juega una mala pasada ni dificulta su tenis. Al menos así fue en estas últimas semanas en las que hizo tercera ronda en Roland Garros y por primera vez octavos de final en Wimbledon, además de la conquista en Alemania. La regularidad se la debe a la falta de lesiones, más allá de algunos dolores a esta altura ya clásicos en la espalda. “En lo físico y tenístico te ayuda mucho poder entrenar largo tiempo sin lesiones, vas mejorando tu físico y tenis día a día, hay cierta regularidad, jugás en la cancha más tranquilo y sabiendo que vas a aguantar un partido largo sin lesiones, y eso ayuda a jugar mejor”, subrayó. En cuanto a su espalda, “está bastante bien”, admitió, aunque sostuvo que “en Wimbledon empezó un dolor mucho más abajo y en Hamburgo me pasó también, pero menos que antes, y tengo que hacerme un control y ver cómo está todo, no es nada malo, supongo que son dolores por fatiga nomás”. Repasando lo vivido en las últimas semanas, Mayer destacó: “En Roland Garros jugué bien e hice tercera ronda, en Wimbledon por primera vez octavos y como que no paré ahí, seguí jugando otro torneo más y Hamburgo, que gané, y no corté nada, de entrenar, no me tomé días de nada, y es como todo nuevo para mí este título, lo de Wimbledon también, recién lo estoy pensando a todo lo del último mes”. El correntino permanecerá cerca de un mes en el país y luego se vendrá el US Open, tercer Grand Slam, donde por primera vez será preclasificado. “Me quedo un tiempo acá, voy a entrenar un mes más o menos, preparándome para el US Open, y después la gira por Europa y Asia, y también los Masters 1000 a los que ahora entro directo y por eso voy a tener que cambiar mi calendario”, comentó. “Tenemos que planificar bien la gira, el descanso ahora es importante, por la espalda y el físico, no puedo pasarme de rosca porque a la larga se paga”, agregó, y confesó que “era un objetivo que después de Wimbledon nos propusimos, ojalá, jugar los Masters 1000 y se cumplió rápido por suerte”. El calendario se le abre a Mayer de acá a fin de año, por lo que “ojalá se pueda mejorar más en el ranking, porque defiendo pocos puntos”, resaltó.
Ese último smash Ya se vendrán los entrenamientos, viajes y partidos. Ahora es tiempo del descanso y el disfrute, y regresando al título, Leo recordó el punto consagratorio: “Ese último fue como el mejor punto que te puede pasar, terminar con un smash al lado de la red y descargar toda la energía que te quedaba para ganar el partido, fue increíble cerrarlo así”, celebró. “Cuando gané pasó todo muy rápido, lo saludé a Ferrer y después llamé a mi novia porque antes del partido le prometí que si ganaba la llamaba”, acotó el “Yacaré”, y no quiso olvidarse de su coach Leonardo Alonso y su preparador físico Mario Duré. “Todos fueron importantes, mucha gente que me ayudó, entrenadores, la familia, mi novia, todos ayudaron para este momento y es importante decirles a todos que les agradezco”, remarcó.
Miércoles, 23 de julio de 2014
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