ALEJAMIENTO En cuatro meses, Riquelme pasó de considerar a Bianchi como "un padre" a no querer hablar de él "Cómo me voy a pelear con él: es como mi papá", dijo en marzo pasado el entonces enganche de Boca cuando increpó a la prensa por supuestas maniobras desestabilizadoras de su relación con el DT. Ayer sentenció sobre el "Virrey": "De él no hablo". El domingo 2 de marzo de 2014, luego de una derrota de Boca con Vélez en un partido importante en el desarrollo del campeonato local, Carlos Bianchi decidió que Juan Román Riquelme no saliera del banco de suplentes durante los 90 minutos. Ese día hubo un quiebre en la relación entre el DT más ganador de la historia "xeneize" y el máximo ídolo del club.
A Román no le gustó que el "Virrey" no permitiera su ingreso y, ya con la derrota consumada, la ausencia del enganche fue tema de tapa, la principal hipótesis para explicar una caída que dejó a Boca en la 18° posición del Torneo Final 2014. ¿Por qué no ingresó Román en el segundo tiempo?, le preguntaron al DT: "Porque yo pienso que hubiera sido un desgaste inútil para Román, hubiera entrado en un partido muy acelerado y pienso que no hubiera sido hacerle un favor a Román".
La semana que se inició aquel día fue la más convulsionada del primer semestre de la vida de Boca. El clima interno era tenso y todo hizo erupción cinco días más tarde cuando un integrante del plantel dijo en off que en el ciclo anterior, que tenía como técnico a Julio Falcioni "el equipo sabía a qué jugaba y ahora no", cuando el grupo ya estaba bajo las órdenes de Carlos Bianchi.
Fue entonces Pablo Ledesma el que tomó la palabra y acusó a Agustín Orión, sin nombrarlo, de ser el buchón del plantel, el que había filtrado aquella consideración interna del plantel a la prensa.
Riquelme había quedado bajo la lupa. ¿Había sido él quien consideraba que Boca jugaba mejor antes, con Falcioni, que ahora, con Bianchi? Fue el propio enganche quien organizó una conferencia de prensa el viernes 7 de marzo de 2014 en la que le pidió al DT que estuviese a su lado. En aquella famosa presentación en la que instó a los periodistas a "presentar pruebas" porque si no el plantel no hablaría hasta el final del campeonato -amenaza finalmente no cumplida-, Román dijo: "El otro día perdimos con Vélez nosotros... El día domingo la tapa de un diario dijo que yo me peleé con el entrenador: es como mi papá. No me da vergüenza decirlo acá delante de todos: es como mi papá, sépanlo", sentenció.
La historia se desarrolló luego sin mayores destaques. Había existido una pelea entre Orión y Ledesma, ningún periodista "presentó pruebas" y Boca -también Riquelme- volvió a hablar con la prensa. El equipo "xeneize" terminó el torneo en el segundo puesto detrás del campeón, River, y llegó entonces el receso en el que la novela de la renovación del enganche con Boca contaba un capítulo muy parecido a los anteriores, con el jugador presionando en las condiciones económico-financieras para firmar el estiramiento de su vínculo. Pero esta vez el club, mediante su presidente, Daniel Angelici, no cedió. La dirigencia consideró que "el club está por encima de todo, incluso de los ídolos", mientras que la no ofensiva de Bianchi pidiendo por Román provocó el desenlace menos esperado: la salida de Boca del jugador más querido, el más ganador.
Juan Román Riquelme fue presentado ayer como jugador de Argentinos Juniors y en la conferencia, ocurrida el domingo 20 de julio de 2014, cuatro meses después de aquel "Bianchi es como mi papá", el enganche destacó al actual técnico del "Bicho", Claudio Borghi, como "el mejor el mejor entrenador de la Argentina", mientras que cuando le consultaron por el "Virrey", sentenció: "Yo de él no voy a opinar".
¿Desagradecido? ¿Traidor? ¿El más inteligente de todos? ¿El más vivo?... ¿Quién sabe? Riquelme parece haber hecho, una vez más, lo mejor para sí mismo. A la hora de buscar lo mejor para alguien, ni Boca, ni Bianchi, ni los hinchas.... el que gana siempre es Román.
Lunes, 21 de julio de 2014
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