BARCELONA Recogimiento, dolor y bronca política en la escena del terror el día después del ataque Pasaron menos de 24 horas desde el atentado, y en el kilómetro cero, en el punto de La Rambla donde frenó la camioneta utilizada por el atacante, los vecinos y turistas que se encuentran en la ciudad condal han comenzado a dejar velas, flores y mensajes como "No tendréis mi odio". "Es muy doloroso, todavía no puedo creer lo que pasó, pudo ser cualquiera de nosotros", afirmó, conmocionado, Arnau Molla, un joven de 18 años que el jueves se salvó de la masacre cometida por un presunto yihadista que embistió a una multitud con una camioneta en plena Rambla de Barcelona, zona que este viernes intenta recuperar de a poco la normalidad.
La familia de Arnau es propietaria del puesto número 12 de la turística Rambla, donde desde hace años diariamente vende flores a vecinos y turistas que suben y bajan como hormigas por esta vía, considerada el corazón y uno de los principales símbolos de la vida cultural y social de la ciudad condal.
El día después del atentado, mientras recogía un expositor de flores golpeado por la camioneta del atacante, Arnau mostró a Télam las marcas que dejó el vehículo a su paso y afirmó, con impotencia: "Si piensas en la cantidad de gente que pasa por aquí cada día, y te enteras que una camioneta bajó entre la multitud atropellando gente, todavía te entran escalofríos".
Viernes, 18 de agosto de 2017
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