TURQUÌA Según Rex Tillerson, el futuro de Al Assad "será decidido por el pueblo sirio" El gobierno de Donald Trump marcó hoy un importante giro en su política exterior al parafrasear una reivindicación varias veces repetida por Damasco y afirmar que "la posición a largo plazo del presidente (Bashar al) Assad será decidida por el pueblo de Siria", una declaración que podría anunciar el fin del apoyo, al menos público, al levantamiento opositor que comenzó hace seis años y ahora combate en una de las peores guerras de Medio Oriente. El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, visitó oficialmente por primera vez Turquía y se reunió con el presidente, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro Binali Yilidrim y su par, Mevlut Cavusoglu.
El principal tema de la agenda era la guerra en la vecina Siria y el funcionario de Trump fue categórico al marcar un cambio con el anterior de gobierno de Barack Obama: Washington ya no pedirá la salida de Al Assad del poder, el principal reclamo de la insurgencia y la oposición siria.
La declaración de Tillerson, aunque breve, sacudió a la coalición internacional que encabeza Washington en Siria e Irak para combatir a la milicia del Estado Islámico y a través de la cual también se canalizaron millones de dólares en ayuda a la oposición armada siria.
"La postura del Reino Unido no ha cambiado. Él (por Al Assad) no puede ofrecer el liderazgo requerido para unir a Siria. Debe dejar el cargo como parte de la transición", sentenció el embajador británico ante la ONU, Matthew Rycroft, mientras su par francés, Francois Delattre, destacó una vez más: "Al Assad no es ni puede ser el futuro de su país".
El anterior gobierno de Obama compartía con Reino Unido, Francia y otras potencias occidentales la posición de que cualquier posibilidad de una futura paz en Siria debe incluir la salida de Al Assad del poder.
El giro de la Casa Blanca ha sido tan dramático que el principal grupo opositor sirio en el exilio, la Comisión Suprema para las Negociaciones, pidió hoy públicamente que Estados Unidos "vuelva" a comprometerse con las negociaciones internacionales por el conflicto sirio, según la agencia de noticias EFE.
"Rusia secuestró la discusión sobre Siria y nosotros queremos que Estados Unidos vuelva", reclamó la vocera del grupo, Farah Al Atassi y le envió un mensaje directamente a Washington: "Queremos un papel más activo, más liderazgo de Estados Unidos, no sólo centrarse en la lucha contra el Estado Islámico".
La declaración de Tillerson sobre el apoyo al levantamiento opositor sirio no fue el único momento tenso en Ankara. Estados Unidos y Turquía, dos aliados de la OTAN, también volvieron a chocar un tema que los divide: las milicias sirio-kurdas YPG.
Ankara acusa a las YPG de ser un grupo terrorista porque son aliadas de la principal guerrilla independentista kurda en Turquía, el PKK, un grupo que Erdogan denuncia como terrorista; mientras que Estados Unidos pelea junto a las YPG como aliados en Siria contra la milicia extremista Estado Islámico (EI).
"Las instituciones estadounidenses, incluido el Ejército, aceptan que no hay diferencia entre YPG y PKK. Desafortunadamente, en los últimos tiempos hemos visto cooperación con las YPG y el apoyo a una organización terrorista nos entristece y afecta nuestras relaciones", se quejó el canciller Cavusoglu en una conferencia de prensa.
Tillerson, por su parte, elegantemente, dejó en claro que no dejarán de apoyar a las milicias sirio-kurdas, que hace varias semanas comenzaron a avanzar sobre Al Tabqa y Al Raqqa, las dos últimas ciudades en el norte de Siria en manos del EI.
"No hay diferencias entre Estados Unidos y Turquía en la decisión de luchar contra el EI donde sea que aparezca. Lo que estamos debatiendo son las tácticas para conseguir este objetivo", explicó el secretario de Estado de Trump.
"Las tácticas las discutimos con Turquía y otros miembros de la coalición y estamos ante alternativas difíciles, no hay decisiones fáciles", concluyó.
Mientras tanto, en el país vecino la guerra siguió profundizando y matando a civiles.
Una vez más, fuentes pro opositoras acusaron a Estados Unidos de bombardear a población civil en el pueblo de Al Mansura y matar a una mujer y a sus cuatro hijos, todos menores de edad.
Al Mansura es un pueblo cercano a las ciudades de Al Tabqa y Al Raqqa, tomadas por el EI y los dos objetivos de la ofensiva de las milicias kurdo-sirias, aliadas de Estados Unidos.
Pese a las advertencias de grupos locales, los combates y, especialmente, los bombardeos aéreos siguen golpeando a toda hora esa zona del norte de Siria, dejando a la población civil en una situación muy precaria.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, denunció hoy que cientos de familias tuvieron que huir de Al Tabqa para escapar de la violencia.
En los últimos días creció el temor en esa zona de que los bombardeos aéreos dañaran la represa de Al Tabqa, la más grande del país, y pusieran en peligro no sólo el suministro energético de la región norteña, sino también a millones de personas que podrían ser afectadas por un posible desborde.
En el centro del país, en la provincia de Hama, en tanto, la tensión volvió a escalar cuando más de medio centenar de personas comenzaron a mostrar síntomas de asfixia y los doctores volvieron a denunciar un ataque con armas químicas, fósforo blanco específicamente, según el Observatorio.
Los ataques con aviones y helicópteros no identificados habían golpeado el pueblo de Al Latmane, una zona controlada por milicias insurgentes.
Jueves, 30 de marzo de 2017
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