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MUNDIAL 2014 El uno por uno: cómo rindieron los jugadores de la Argentina ante Irán El repliegue del equipo de Carlos Quieroz complicó a los dirigidos por Sabella. Sin gravitar en todo el desarrollo, Messi salvó el partido con un gol agónico La segunda presentación de la Selección Argentina no fue la esperada. Nadie imaginaba que Irán iba a complicar al equipo de Lionel Messi en el Mundial Brasil 2014, pero el esquema conservador de Carlos Quieroz, lo limitó. Paulatinamente, le apagó los recursos, le quitó intensidad, provocó desesperación.
El capitán argentino parecía sumergido en la soledad, la falta de espacios, y la escases de opciones para continuar la jugada. Pero aún en el peor de los partidos, las genialidades no pierden peligro. Messi clasificó agónicamente a la Argentina a octavos de final. Salvó un partido en el que sufrió.
Individualmente, Argentina tiene un arquero que responde en los pasajes dubitativos. No ofrece tantas garantías en la primer línea y en el mediocampo. El ataque es importante, tiene recambio y a uno de los mejores del mundo:
Sergio Romero: Sin trabajo en todo el primer tiempo. Fue el espectador de lujo del desarrollo en campo iraní. Vio cruzar algunos centros, pero sin sentir peligro. Respondió bien a un cabezazo cercano, a otro a la carrera y a un remate en el segundo tiempo. Brindo seguridad de nuevo y fue clave para que Argentina mantenga el cero en el marcador al no encontrar respuestas en ataque. Una de las figuras.
Pablo Zabaleta: Fue vértice de algunas triangulaciones con Gago y Messi. Avanzó con más cautela que Rojo, pero fue en alternativa en ataque. Con el ingreso de Lavazzi se acortó su recorrido, se vio más limitado. Le costó el retroceso, perdió marcas en algunos contraataques de Irán. Ezequiel Garay: Achicó desde el inicio y se ubicó siempre cerca de la mitad del campo para cortar los ataques. Pudo marcar de cabeza en un tiro libre. El mediocampo argentino era una zona de transición rápida, por lo que tuvo que salir a cortar los ataques de Irán unos metros más adelante de lo habitual.
Federico Fernández: Comenzó posicionalmente bien colocado para la descarga. Intentó salidas limpias, incluso cerca del arco propio. Pudo marcar en la pelota parada. En el segundo tiempo, con Irán más ofensivo, tuvo trabajo y sufrió en algunas jugadas. Soltó a Reza en una jugada clave que salvó Romero.
Marcos Rojo: Lo favoreció que su carril no fue el más recurrido por el rival. Combinó en ataque, se proyectó con mucha frecuencia. Hizo un buen trabajo en su carril y llegó a posición de centro en varias oportunidades. Terminó muy adelantado en el campo, como un extremo. Aportó en el juego aéreo y hasta probó de media distancia. Buena actuación.
Fernando Gago: Mucha movilidad, un paso delante de Mascherano. Hizo de parabrisas para ser apoyo de ambos extremos. Su pase vertical fue un arma interesante para romper las líneas del rival, pero ese recurso se apagó con el cierre de la primera etapa. En segundo tiempo perdió precisión y dejó probar con esa bola frontal. Se limitó a colaborar en la tenencia.
Javier Mascherano: Delante de los centrales. Eje de la circulación en algunos pasajes, pero más pendiente de cubrir la espalda de Gago. En el complemento, cuando Irán se animó a avanzar, quedó expuesto. No estuvo firme en el "mano a mano", se vio superado en algunas réplicas. Aunque le faltó solidez, siempre estuvo ordenado.
Ángel Di María: Bien en la individual, para las salidas rápidas, y como factor improvisación de la ofensiva. En el primer tiempo jugó más cerrado hacia el centro, y en la segunda etapa buscó más el desborde, hacer amplio y ancho al ataque. Tuvo sacrificio.
Lionel Messi: Arrancó volcado en la derecha. Le costó encontrar el espacio durante toda la primera etapa. Siempre hostigado con coberturas colectivas. Apenas participó del juego. En el complemento, partió desde el centro, unos metros delante de círculo central, pero no había solución. Estaba apagado. Pero no perdió la genialidad. Definió el partido en la última pelota, como un héroe, para demostrar que es un fuera de serie.
Gonzalo Higuaín: Su trabajo inicial era jugar de espaladas, ser el rebote para los que rompían de frente. Tiró diagonales productivas. Pero tuvo que empezar a salir, hacia atrás o los costados, para tener más contacto y entrar en el circuito. En el complemento perdió intensidad y dejó de actuar como pivot para ser referencia. Desapareció entre la superioridad numérica del repliegue de Irán y tuvo que irse reemplazado.
Sergio Agüero: Comenzó bien en la rotación con Higuaín, en los desmarques. Alternó entre la izquierda y el centro, pero siempre dentro del área cuando alguien buscó el desborde. Se apagó con el correr el segundo tiempo, ya no ponderaba en ofensiva y se fue reemplazado.
Rodrigo Palacio: Ingresó para los últimos 15 minutos. Se colocó en el centro. Se mostraba apto para buscar pelotazos frontales, incluso conectó uno de cabeza que exigió al arquero iraní.
Ezequiel Lavezzi: Entró para último cuarto de hora y se adueñó el del extremo derecho. Rompió con gambetas y generó con varios envíos aéreos. Hizo el frente de ataque más amplió.
Lucas Biglia: Entró en el ocaso del partido, reemplazó a Di María.
Sábado, 21 de junio de 2014
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