VATICANO El papa Francisco recibió a la madre de Víctor Saldaño y llamó a la abolición de la pena de muerte en el mundo Según supo LA NACION, le habría asegurado que eliminará esa figura del Catecismo de la Iglesia Católica; Saldaño está en el "corredor de la muerte" en Estados Unidos hace 20 años. El Papa recibió hoy en audiencia privada a Lidia Guerrero, la madre de Víctor Saldaño, el argentino condenado a muerte en Texas, Estados Unidos desde 1996, a quien respladó en su lucha para sacar a su hijo del "corredor de la muerte", donde se encuentra hace veinte años, en estado de degradación mental. En la reunión, Francisco confirmó su firme compromiso para la abolición de la pena de muerte en todo el mundo, algo que pidió concretamente ante el Congreso de Estados Unidos y ante la Asamblea General de la ONU, el año pasado. Y, según pudo saber LA NACION, le habría asegurado a Guerrero que será eliminado el recurso a la pena de muerte del Catecismo de la Iglesia Católica, donde sigue figurando (en el párrafo 2267) pese a que el Vaticano y la Iglesia católica rechazan la pena capital desde hace años.
"El Papa lucha en contra de la pena de muerte, la Iglesia católica también y éste es un caso testigo de la forma en la que se aplica porque mi hijo lleva 20 años en el corredor de la muerte y su estado mental está totalmente deteriorado. Tengo fe de que él va a poner todo su empeño y va ayudarnos en el caso de mi hijo", dijo Guerrero en una conferencia de prensa, luego del encuentro. " "La situación de mi hijo es desesperante, en tres oportunidades él pidió que lo ejecuten, porque lleva una vida que no se merece vivir, se lo tortura psicológicamente" Lidia Guerrero
"El Papa tiene en mente el caso de mi hijo, reza por él, y no tengo dudas de que va hacer todo lo posible y que hizo todo lo posible. La situación de mi hijo es desesperante, en tres oportunidades él pidió que lo ejecuten, porque lleva una vida que no se merece vivir, se lo tortura psicológicamente", agregó Guerrero, de 67 años, al borde del llanto.
La madre de Saldaño fue recibida por Francisco en la Biblioteca del Palacio Apostólico, en el Vaticano, todo un gesto. Su hijo, que ahora tiene 43 años, fue condenado a la pena capital por el asesinato de Paul Ray King el 25 de noviembre de 1995, cometido en las afueras de la ciudad de Plano (al norte de Dallas), Texas, en una sentencia que años más tarde fue declarada nula por la Corte Suprema de Justicia por discriminación racial, pero luego ratificada, en un proceso plagado de irregularidades.
Consciente de que en la Argentina hay mucha sensibilidad ante los tiempos que el Papa le dedica a sus compatriotas, para evitar polémicas Guerrero prefirió no decir cuán larga fue la audiencia privada. "No lo sé... Pero fue muy agradable, él me hizo comentarios sobre el caso, que ya conoce y fue muy simple, sencillo. Fui recibida con mucho amor y me dejó expresar todo lo que yo le pedía", aseguró, en la conferencia de prensa que concedió en un hotel de Roma, acompañada por sus dos representantes legales, Juan Carlos Vega y el ex embajador argentino en el Vaticano, Juan Pablo Cafiero.
Vega y Cafiero destacaron que acompañaron a la señora Guerrero hasta la puerta de la Biblioteca del Palacio Apostólico, donde ella mantuvo una reunión a solas con el Papa, en la que también le entregó una carta con sus pedidos. "Era una audiencia privada de ella con el Papa, que tramitamos en la nunciatura de Buenos Aires, así que nosotros esperamos afuera y al final de la audiencia intercambiamos unas palabras con el Santo Padre", precisó Cafiero. "Lo hemos visto muy bien al Papa, está muy conforme con la presencia de Lidia y muy consustanciado con esta causa", agregó el ex embajador argentino ante la Santa Sede.
Guerrero ya había estado en el Vaticano con Francisco en febrero de 2014, al final de la audiencia general. "Si habré rezado por ese cordobesito", le dijo en esa ocasión el Papa a la madre de Saldaño, que también hoy destacó que el Santo Padre le confirmó que tenía siempre en sus oraciones a su hijo.
"Así que estoy segura de que él va a hacer todo lo posible, todo lo que Dios le permita alcanzar. El Papa también nos pidió que recemos por él, por todas las causas en las que está comprometido", contó Guerrero, que vive en Córdoba, donde tiene otros tres hijos y siete nietos.
"El caso Saldaño no es un caso más de un condenado a muerte en Estados Unidos: lleva 20 años en el corredor de la muerte, que es técnicamente un sitio de tortura, no es una prisión", subrayó a su turno su abogado, Juan Carlos Vega. Vega recordó que la primera sentencia en la que Saldaño fue condenado a muerte, en 1996, fue años más tarde declarada nula por la Suprema Corte de Estados Unidos, porque hubo discriminación racial. Y consideró que también fue injusta la segunda condena a la pena capital decretada por la justicia de Texas en 2005 debido a incompetencia procesal, ya que el acusado no estaba en condiciones de defenderse debido a su estado de locura después de más de 7 años en el corredor de la muerte.
La esperanza de Guerrero y sus abogados es que prospere la causa iniciada por Guerrero y Vega en 1998 contra los Estados Unidos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH). El objetivo es que, conforme a todas las pruebas que tiene la CIDH y en especial, con la sentencia de la Suprema Corte de Estados Unidos, la comisión declare la responsabilidad de Estados Unidos en las violaciones a la Declaración Americana de Derechos Humanos probadas en el proceso y disponga la obligación reparatoria hacia las víctimas. "La primera reparación que las víctimas pedimos es que saquen urgente a Víctor Saldaño del corredor de la muerte y lo trasladen a un hospital psiquiátrico federal", dijo Vega. "Mucha gente piensa que Sadaño es culpable y merece piedad. Pero Saldaño es técnicamente inocente porque la primera sentencia fue declarada nula, y la segunda lo es más todavía porque se juzgó a un loco", agregó.
Vega contó que cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viajó a la Argentina a principios de año, a través de la embajada estadounidense en Buenos Aires le hizo llegar una carta con un pedido sobre el caso.
Consciente de que en la Argentina algunos sectores reclaman la pena de muerte debido a la creciente inseguridad, la madre del cordobés condenado en los Estados Unidos, aprovechó la conferencia de prensa posterior a su encuentro con Francisco para manifestar su total rechazo a la misma. "Quiero decirle al pueblo argentino que aunque estamos sufriendo mucha inseguridad y en el corazón de muchos está pedir pena de muerte, lo lamentable es que siempre la pena de muerte va a ser para los más débiles, los marginados, los drogadictos, los pobres que no tienen abogados, pero que no resuelve nada", dijo, al recordar que su hijo cometió el homicidio que lo condenó estando drogado.
Coincidió Vega, que destacó que "en términos estadísticos, la pena de muerte no sirve, ya que las tasas de criminalidad son exactamente las mismas". "Para aquellos que creen que la mano dura es un instrumento que le garantiza una mayor seguridad al ciudadano, se equivocan, no pasa por ahí. Sino pasa por combatir los delitos del poder, no de la marginalidad", concluyó.
Sábado, 11 de junio de 2016
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