QUEJAS POR EL SERVICIO Un nuevo fin de semana con colas interminables de pasajeros El transporte público que une las capitales de ambas provincias sigue igual. No se invierte en unidades, son solo 10 para cada vez más usuarios. Es un desafío para la nueva gestión del Ministerio de Transporte de la Nación Las colas de pasajeros del servicio de colectivos Chaco-Corrientes continúan sin mostrar siquiera leves mejorías. Una vez más, ayer (y durante todo el fin de semana) los usuarios debieron volver a soportar interminables esperas para trasladarse de una provincia a otra.
Como publicó La República días atrás, las empresas a cargo del servicio, Ataco y Ticsa, se manejan con unidades vetustas. Presentan un total de diez colectivos que van de Corrientes a Resistencia y viceversa, entre ambas empresas, hace años. Además, tampoco cumplen con las frecuencias estipuladas ni con las normas de seguridad básicas, dado que acumulan la mayor cantidad de pasajeros posible por viaje, independientemente de que esto no está permitido.
Las deficiencias en este servicio de transporte se producen hace décadas. Durante los 12 años de gobierno kirchnerista, teniendo en cuenta la presidencia de Néstor Kirchner y las dos gestiones a cargo de Cristina Fernández, el Ministerio de Interior y Transporte de la Nación realizó los controles mínimos necesarios para garantizar un servicio medianamente decente.
En la última gestión, a cargo de Florencio Randazzo, estos problemas se fueron profundizando, principalmente porque la cantidad de usuarios se incrementó constantemente, mientras que las inversiones se mantuvieron absolutamente estancas.
El órgano que debe controlar la prestación del servicio es la Secretaría de Transporte de la Nación, pero la realidad refleja que estos controles no existen. Esta situación representa entonces un desafío para el nuevo ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, quien indudablemente deberá tomar cartas en el asunto, para que, consecuentemente, el servicio comience a evidenciar algún tipo de mejora.
Otro factor a tener en cuenta para los usuarios es que, en caso de que se hastíen de esperar los colectivos y opten por viajar en remís, el costo se eleva de manera exponencial. El boleto subsidiado por la Nación cuesta 7 pesos, mientras que el remís vale $ 25.
Jueves, 28 de enero de 2016
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