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DILMA ROUSSEFF "Es absurdo decir que el Mundial le quitó dinero a la educación" La presidente de Brasil respondió a las masivas protestas que vive el país ante los millonarios gastos públicos para construir los estadios de la Copa. La mandataria Dilma Rousseff declaró que el presupuesto de educación en Brasil pasó de 18.000 millones de reales (8.200 millones de dólares al cambio actual) al inicio del gobierno de su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003) a unos 50.000 millones de dólares en la actualidad. El dinero de las arcas públicas para estadios ascendió a 3.600 millones de dólares, aseguró.
"Es absurdo decir que el dinero de los estadios compromete la educación en Brasil", afirmó la presidente citada por O Globo, en un evento ante jóvenes de su Partido de los Trabajadores (PT), en Sao Paulo.
Las protestas callejeras irrumpieron hace un año en Brasil contra los gastos públicos para construir estadios del Mundial, que muchos brasileños reclaman para mejores servicios públicos como la educación, la salud y el transporte.
Brasil aprobó el año pasado una medida que lleva el dinero de las regalías de las nuevas zonas petroleras a explorar para salud y educación. El país celebrará elecciones presidenciales en octubre próximo, en las cuales Rousseff buscará la reelección.
La Policía Militar brasileña anunció el sábado que a partir del lunes 2 de junio saldrán a la calles de Río de Janeiro 1.600 soldados recién formados para reforzar el patrullaje en toda la ciudad, especialmente en las principales avenidas.
El operativo es parte de la estrategia para disuadir las numerosas protestas que se han dado en una semana agitada para los responsables de la seguridad del país, que recibieron duros reproches de Dilma Rousseff cuando la presidente vio las imágenes del autobús que trasladaba a la selección brasileña rodeado de maestros que lo llenaban de stickers promocionando una huelga.
El país, que tiene una población de 200 millones de personas y que es actualmente la séptima economía del planeta, se ilusionaba con el efecto que pudiera provocar el Mundial de Fútbol. La esperanza era que el evento, que comenzará en menos de 15 días, trajera consigo inversiones que reanimaran la actividad. Pero por ahora, sólo trajo protestas y descontento social.
La posibilidad de que las masivas movilizaciones continúen durante el Mundial preocupa al Gobierno, ya quepueden causar perjuicios económicos, complicar la realización del torneo y manchar la imagen internacional de Brasil.
En los últimos días, los movimientos que luchan por viviendas y las huelgas de trabajadores del transporte público y la seguridad pública han afectado a varias ciudades que serán sede del evento.
Domingo, 1 de junio de 2014
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