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NARCOTRÁFICO Ibar Esteban Pérez Corradi, el prófugo que ahora desvela al poder Su defensa se presentará hoy en la Justicia federal. Las causas que enfrenta y las vinculaciones con el Triple Crimen
Hay dos consecuencias positivas de la escandalosa fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y de Víctor Schillaci, apresados nuevamente en los últimos días. La primera es que la trama desnudó la complicidad policial y política con las mafias vinculadas al narcotráfico y la falta de coordinación en las fuerzas de seguridad. La segunda es que las máximas autoridades políticas sacaron del cofre de los recuerdos a Ibar Esteban Pérez Corradi, prófugo de la Justicia desde hace más de tres años y medio y sindicado como autor intelectual de la matanza de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, asesinados por el negocio ilegal del tráfico de efedrina, que se capitalizó al máximo durante el primer mandato de Cristina Kirchner.
Los movimientos alrededor del esquema de relaciones de los ex prófugos movieron los cimientos del entorno de Pérez Corradi, sobre quien en la tarde de ayer se actualizó la recompensa ofrecida por parte del Gobierno bonaerense, de 100.000 a 2 millones de pesos, el máximo permitido por ley. "Le aconsejo que se entregue", aseguró su abogado Carlos Broitman, que ejerce la defensa del prófugo junto al ex comisario Juan José Ribelli. Broitman, de vacaciones por estos días en las playas uruguayas, no se quedó solo en el planteo mediático.
Según pudo saber Infobae, el letrado –que también defiende al narco Henry López de Jesús Londoño, alias "Mi Sangre"- volará en estas horas hacia los tribunales federales porteños para ponerse a disposición de la Justicia. En realidad, la defensa fijará domicilio en el juzgado de Sergio Torres, en caso de que el magistrado que investiga la fuga de los Lanatta y de Schillaci reúna elementos sospechosos en torno de la figura de Pérez Corradi. Broitman buscará interiorizarse además por el expediente que tramite la jueza María Romilda Servini de Cubría, vinculado al tráfico de efedrina, que salpica a los ex jefes del Sedronar y a empresarios ligados a la importación desmedida de la sustancia. Y por la causa por lavado de dinero en la que fue procesado por el juez Norberto Oyarbide, por giros sospechosos en su cuenta de más de 400 mil pesos, en el marco de la megacausa denominada "la mafia de los medicamentos", en la que se mezcló el narcotráfico con los aportes de campaña del Frente Para la Victoria. Pérez Corradi, que estuvo preso en Ezeiza, en el mismo complejo que hoy comparten los ex prófugos de la cárcel de General Alvear, obtuvo en su momento el beneficio de la excarcelación tras el pago de 100.000 pesos de fianza.
En el caso del expediente que tramita Servini de Cubría no hay todavía elementos contundentes que conduzcan hacia el prófugo. De hecho, como relevó Infobae tras su aparición en el programa "Periodismo Para Todos" y luego de atestiguar frente a la jueza, Martín Lanatta omitió cualquier elemento de prueba vinculado a Pérez Corradi. Una de las hipótesis de la Justicia, que ahora vuelve a cobrar fuerza, es que la estrategia del recluso apunta a despegar al empresario farmacéutico de la trama.
En el entorno de la defensa del prófugo aseguraron a Infobae que "podría haber novedades en poco tiempo, si es que la Justicia concede ciertas garantías", aunque juraron desconocer el paradero de su cliente. Lo concreto es que, además de las causas mencionadas, sobre Pérez Corradi pesa un pedido de extradición de los Estados Unidos por el envío al estado de Maine de 80 pastillas de oxicodona, un analgésico derivado del opio y cuya importación está prohibido en aquel país: "Por distribuir y poseer una mezcla o sustancia con una cantidad detectable de oxicodona, una violación al artículo 21 del código de los Estados Unidos", según la resolución de la Justicia norteamericana a la que accedió este medio.
Lo cierto es que en la última semana, y a partir de la fuga del penal de Alvear, el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, y Juan Ignacio Bidone, el fiscal de Mercedes que investigó el Triple Crimen y que pidió la detención de Pérez Corradi a inicios del 2012, abrieron un fluido canal de diálogo que en los próximos días incluiría además a Servini de Cubría, al frente de la investigación por el tráfico de efedrina. La jueza debería volver a tomarle testimonio a Lanatta, que involucró en los últimos meses a Aníbal Fernández, el último jefe de Gabinete K, en el negocio.
Cuando Bidone pidió la detención, no pudo dar con Pérez Corradi en los cuatro allanamientos que dispuso en los domicilios vinculados al empresario. Según los testimonios recogidos durante la instrucción y en el juicio, en colaboración con la fiscal Marcela Falabella, el prófugo habría sido el instigador de los asesinatos de Forza, Ferrón y Bina por durísimas rencillas y deudas vinculadas con el negocio de la efedrina, del que Pérez Corradi era un actor clave en nuestro país y en el que los jóvenes emprendedores, en especial Forza, habían empezado a pisar con firmeza.
"Forza y su ex socio Pérez Corradi proveían efedrina a carteles mexicanos que operaban en el área de Buenos Aires. El 26 de octubre del 2007 información de inteligencia indica que Argentina importó 8.000 kilos de efedrina y que una gran porción de esa sustancia era desviada por la organización de Pérez Corradi para ser exportada a México y los Estados Unidos. El 18 de febrero de 2008 información recibida por la DEA implica a Pérez Corradi en el tráfico ilegal de efedrina, heroína y manejaba un laboratorio clandestino de drogas en la provincia de Santa Fe. Tenía capacidad operativa para enviar 1.000 kilos de efedrina por mes en contenedores desde el puerto de Buenos Aires. La relación de Pérez Corradi y Forza se inició en octubre de 2006, retomándose luego en octubre y noviembre de 2007. Trabajan juntos en la compra de efedrina para enviarla a México, con destino a varios carteles", se subraya en la sentencia de casi 300 fojas del Triple Crimen de General Rodríguez, por el que los jueces concluyeron que el prófugo habría sido el autor intelectual de los asesinatos encargados a los hermanos Lanatta y Schillaci.
"Pérez Corradi se vio tan perturbado porque le estaban quitando el negocio –continúa la sentencia- que anunció a los cuatro vientos que mandaría a matar a Forza porque se quería quedar con su negocio, con quien además estaba enemistado porque éste no le había pagado lo que le debía, como consecuencia de la financiación que le hizo a su droguería. Mandó a matar a los tres damnificados, los tres se vinculan claramente con el móvil y para no ser relacionado se fue a México, pero no se despreocupó del tema y por eso se mantuvo en comunicación por las radios de Elvesta con Martín Lanatta y por intermedio de este con Víctor Schillaci".
Elvesta es la firma en la que Lanatta y Pérez Corradi se asociaron en el 2008 para intentar importar efedrina. Y los teléfonos de esa sociedad fueron los que complicaron al prófugo, que procuró recluirse en México cuando fueron masacrados los tres jóvenes, en agosto de ese año. A pesar del viaje, Pérez Corradi y Lanatta se comunicaron por los celulares registrados por Elvesta en los días en que se desarrolló la masacre. "El 6 de agosto, víspera del luctuoso desenlace, Martín Lanatta estuvo al habla con Víctor Schillaci en cuatro oportunidades, seguido de siete diálogos con Pérez Corradi, en los tres casos con las radios de la flota Elvesta. El silencio acompañó los días siguientes que se vio perturbado por las comunicaciones que en números variables de entre dos, tres, cinco y seis vincularon a Martín Lanatta y Pérez Corradi entre los días 11 y 14", según la sentencia del juicio por el Triple Crimen.
"Yo presumo que está en el país", aseguró ayer Broitman en relación al paradero de su defendido. Los investigadores que lo persiguen desde hace años no creen lo mismo. Están convencidos, de hecho, que cuenta con vinculaciones poderosas del más alto nivel.
Miércoles, 13 de enero de 2016
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