HISTORIA DE VIDA Un sacerdote correntino misiona desde hace dos décadas en África José López vivió 22 años en Angola y desde principio de este 2015 está en Mozambique, en el Sureste del continente. El misionero de la orden salesiana de Don Bosco dio un mensaje de esperanza: “Hay que levantar la cabeza”.El sacerdote misionero de la orden salesiana de Don Bosco, José López, habló sobre su trabajo solidario y cristiano en Africa. Estuvo 22 años en Angola y este año fue a vivir a Mozambique, país situado al sureste del continente, a orillas del océano Indico. En comunicación con este medio contó cómo se vive la Navidad en un lugar donde las necesidades son muy diferentes a las de los argentinos y también son distintos los valores que mantienen de pie al pueblo. “Las personas acá tienen contacto más directo con la naturaleza y un sentido de la providencia muy grande, dan un sentido sagrado al día que viven y dicen que es Dios quien permite vivir ese día. La tecnología no avanzó en comparación con Argentina, si bien muchos tienen teléfonos celulares. Acá todavía hay otros sentidos arraigados. El contacto con la naturaleza y el clima llevan el ritmo del año; el clima incide mucho en ellos porque si bien se pueden dedicar a otra cosa como el comercio, al ser tan pobre lo que reciben necesitan todas las familias tener su propio cultivo para comer. Viven con lo mínimo e indispensable”, relató el padre José (51). Por los tiempos de sequía que están soportando en los últimos meses y al no contar con infraestructura básica como una canilla, transportan bidones de agua soportando caminos muy largos, grandes y chicos; además cavan para poder encontrar agua en la tierra. Por este motivo, entre muchos otros, “tienen más sentido de agradecimiento a Dios, pasan por tantas pobrezas que agradecen lo básico a Dios, formar un lindo hogar es una riqueza humana inmensa para ellos”. “Para Navidad acompañamos la parte espiritual con una novena en la que participaron con mucho interés. El avance de comercios, bebidas, va un poco al choque con lo que necesitan las comunidades cristianas, con lo que realmente significa la llegada de Jesús. Hay una tensión normal que se vive entre la comunidad cristiana que quiere vivir el nacimiento de Jesús sin sentido del consumismo, sólo con oración comunitaria, que es la verdadera belleza de la Navidad, y otros que son consumistas”, dijo el sacerdote. Horas antes de celebrar el nacimiento de Jesús, el misionero correntino, desde Mozambique, en diálogo con este medio, comentó que en su comunidad crían algunos chanchos y que uno estaba preparado para la cena de Nochebuena. “Vamos a tomar algunas gaseosas y uno de los padres que vive con nosotros hace muy ricas tortas, comeremos eso también. Habrá música de fondo linda pero no fuerte para no quedar distraídos del centro de la celebración que es Jesús; el 25 la comunidad interna -que son unos 25- almorzaremos y nos uniremos a otra congregación para hacernos regalos sencillos pero desde el corazón”, contó el cura. “A cada correntino desearía que refuerce la esperanza, quién no ha tenido momentos de frustración o vivido situaciones difíciles; que esto no nos impida recuperar la esperanza, que es el significado de esta fiesta. Jesús nos trae la novedad, nos dice que hay que levantar la cabeza, la esperanza viene con Jesús. No sólo tenemos que participar de lindos coros en las iglesias, Jesús viene a tomar nuestra carne herida y resignada, a veces con miedo y cobardía, hay que levantar la cabeza y alimentar la esperanza porque podemos ser esa persona que Jesús soñó y que le costó la vida. Hay que levantar la cabeza”, fue el mensaje del padre que hace más de 20 años vive para colaborar con una comunidad amenazada por guerras civiles, donde muchos tienen Sida y viven una pobreza material muy grande, sin embargo con una fuerza interior que hace que agradezcan día a día por las pequeñas cosas a Dios.
Sábado, 26 de diciembre de 2015
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