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JUSTICIA Condenaron a un ex cura a 12 años de prisión por “abuso sexual” Ayer se conoció el fallo del Tribunal para el ex religioso Raúl Carlos Altamirano. En el año 2008 abusó sexualmente de una niña de 8 años. La defensa pidió su absolución.
“Se condena a 12 años de prisión, por encontrarlo autor material, al imputado Raúl Carlos Altamirano, por abuso sexual gravemente ultrajante”, dijo el presidente del Tribunal, Ariel Azcona. El juicio finalizó ayer al conocerse el fallo por el caso de abuso sexual a una niña, en los meses comprendidos entre diciembre de 2008 y junio de 2009. El hecho fue denunciado por la madre de la pequeña I.F.G. que en aquel entonces tenía 8 años. Ambas vivían en una vivienda del barrio Ex Aeroclub. El fiscal de Cámara Gustavo Smith junto con la representante del Ministerio Público, tras relatar cómo sucedieron los hechos, solicitaron la pena de 12 años de prisión por los daños psicológicos que tuvo la pequeña y hoy con 14 años aún continúa con tratamiento para sobrellevar lo vivido.
Por su parte, la defensa a cargo de los letrados Carlos Sosa y Mario Espíndola solicitaron la absolución del imputado, ya que consideraron que los hechos no fueron probados, no hubo testigos, solo el relato de la niña, y cuestionaron los informes psicológicos que tuvo la menor como también el informe médico en los meses que fue abusada. “Raúl Altamirano era sacerdote en la Iglesia Perpetuo Socorro. Su ordenación como tal la recibió en mayo del 2008, año que comenzó con los abusos a la niña. A raíz de la denuncia de la madre de los hechos aberrantes que el hombre sometió a la pequeña, ordenan el 22 de abril de 2012 el retiro del clero”, recordó Smith en su declaración, momentos antes de conocerse la sentencia. Repasó los informes que daban cuenta del monstruoso momento que atravesó la niña y hasta mencionó que se sometió en dos oportunidades a la Cámara Gesell y, en todos los casos, su relato fue el mismo y sin contradicciones. Se le realizó además exámenes ginecológicos. Subrayó que la confianza que le tenía A. Sánchez, madre de la pequeña, era significativa, por ello en varias oportunidades la dejó sola con el ex cura, momento que ella iba al kiosco. Y fueron esos pequeños instantes que el hombre abusaba de la menor. La mujer atestiguó, en su oportunidad, que se refugió en Altamirano porque estaba atravesando un momento difícil de pareja y había encontrado en la palabra del sacerdote la contención necesaria. Pero no sabía que de a poco estaba entrando en un camino de destrucción para su tesoro más preciado, su hija. Se recibió el testimonio de catequistas que respaldaban al Padre, ya que nunca antes había manifestado alguna acción que lo impute como un abusador. Altamirano, en momento de prestar declaración, dijo que la madre era quien la acosaba y que por despecho había inventado el abuso hacia su hija. Hasta mencionó que fue tentado por la belleza de la mujer y mantuvo relaciones sexuales. Smith dejó en claro que desde el momento de la presentación de la denuncia contra el cura como del inicio del juicio hubo irregularidades que favorecieron a Altamirano. “Fue imputado en primera instancia como ‘corrupción de menores‘, nunca el juez ordenó la detención del acusado, y hasta otorgaron la eximición de prisión en un delito que tiene como pena máxima 10 años de cárcel”, apuntó.
Tras el fallo La madre de I.F.G. entró en la sala, en el momento de conocer la sentencia. Al salir dijo a la prensa que siempre, a pasar de todo lo vivido, mantuvo su fe en alto: “La Justicia existe, como también la justicia divina. Mi hija fue muy valiente en relatar todo lo que pasó. Fueron seis años de tortura, de no querer salir a la calle, de depresión. Hoy voy a llegar a casa y le voy a decir que se hizo justicia. Que valió la pena su esfuerzo y que lo vamos a ver preso”. Por su parte, el fiscal Gustavo Smith dijo que la sentencia era lo solicitado, “se esperará seguramente la apelación que hará la defensa y la sentencia será efectiva una vez que el Superior Tribunal de Justicia la ratifique”.
Martes, 8 de septiembre de 2015
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