SILVINA LUNA "No volvería ni a un reality ni a Showmatch" La vedette y actriz se prepara para estrenar una audaz obra de teatro en septiembre. Silvina, ¿me contás tres momentos que marcaron tu vida? Cuando me vine a Buenos Aires. Yo soy rosarina y me vine a los 17 años, un poco a buscar mi futuro y estudiar teatro, y a buscar una nueva vida, dejando mi vida en Rosario, mi familia, mis amigos. Vine sola, ahí tironeando con mis viejos, que no me dejaban venir. No conocía a nadie acá. Me vine a una pensión con muy poco dinero. Toda una aventurera. La verdad, muy valiente. Ese fue uno. Otro momento, en 2008, que perdí a mis dos papás ese año. Así que fue un año que marcó mi vida muy fuerte. Y otro año puede ser este año.
-¿Por qué? Porque este año me pasaron muchas cosas. Estoy profundizando en mi vida y en mis vínculos, tomando un nivel de conciencia en muchos aspectos que están muy buenos y siento que estoy transformando mi vida para bien.
-¿Hacia dónde querés ir? ¿Hacia dónde va el recorrido? Hacia adentro, hacia el autoconocimiento, hacia la profundidad, hacia la espiritualidad...
-¿Y con la carrera hacia dónde quisieras encaminar? Ahora empecé a ensayar una obra que se llama "Réquiem para una sinfonía", que se trata de una mujer muy exitosa que tiene un matrimonio bastante complicado. Tiene un encuentro raro, inesperado, que hace que se replantee qué es el amor y si realmente existe en su pareja. Este personaje vive y tiene estados de emocionalidad muy profundos, muy intensos, que para mí es todo un desafío, porque nunca me tocó interpretar. Así que estoy muy entusiasmada. Sé que muchas personas se van a sentir identificadas por el hecho de que este personaje tiene muchas dudas, de la forma que vive el amor también tan intensamente. Son solo dos personajes, yo y Alejo Ortíz, que es un gran actor, sobre todo de teatro, y tiene mucha experiencia. Así que eso me da seguridad y confianza como para encarar este proyecto. Sé que va a ser una experiencia muy enriquecedora. Y también no es casual que llegue en este momento de mi vida, que justo tenga estas ganas y esta fortaleza para darle un vuelco a mi carrera, poder dedicarme de lleno a la actuación y poner toda mi energía ahí.
-Está por un lado la actuación y por otro lado la música, que también viene siendo muy importante para vos. ¿Hubo una búsqueda de plantarte desde otro lugar y ser mucho más que linda? No sé si consciente. Pero sí. Siempre fui muy aventurera y muy curiosa y muy de no quedarme en el mismo lugar. Siempre como buscando algo más. Y no sé si por eso, pensando en trascender esto de lo físico, pero siempre buscando algo más... O experiencias enriquecedoras o vínculos que te llenen o te hagan crecer y evolucionar.
-Vos llegaste a los medios a partir de Gran Hermano. No renegás de eso y en algún momento dijiste estar agradecida por tu paso por el reality. ¿Cuesta siendo mujer, en los medios, salir del rol de mujer linda? No. ¿Sabés que yo no me planteo tanto eso? O aprendí a no estar atento a los mandatos o a lo que la sociedad quiere. Siempre trato de correrme de ese lugar. Y por más que quieran ponerme en un lugar, yo siempre intenté salirme de eso y buscar otras cosas y otros desafíos. Así que no es algo que tenga en mi naturaleza o en mi filosofía de vida, estar pendiente de dónde quieren colocarte o qué es lo que quiera la gente. Sino vivir mi propia vida, tomar las riendas y hacer lo que realmente quiere mi corazón.
"EL AMOR PASA POR ACOMPAÑARSE EN EL CRECIMIENTO INDIVIDUAL, QUE TE AYUDE A SER MEJOR PERSONA".
-Estás de novia. Estoy de novia, hace 4 años.
-¿Qué te enamora? Es un trabajo de todos los días. Es una búsqueda de conexión constante. Pero creo que lo más importante es esto que te decía: que el amor pase por acompañarse en el crecimiento individual de cada uno, en su evolución. Que te ayude a ser mejor persona, que te ayude a crecer. Creo que ahí está la clave.
-¿Te imaginás mamá? Sí, me imagino.
-¿Qué cosas de tu mamá te gustaría tener y qué cosas decís: "No. Esto ni de casualidad"? El tema de mis viejos, de mi infancia y todo lo que implica mi conexión y mis ataduras con ellos fue un tema que he tratado a lo largo de mi vida y hoy puedo decir que he soltado ciertas cosas que me ataban y ciertos patrones que uno después tiende a repetir de grande. Hoy lo que siento por ellos es una profunda sensación de agradecimiento por haberme dado la vida en esta existencia. Pero hay cosas que no, que me gustaría formar otro modelo de familia; no el que tuve. Estoy agradecida y me dieron amor. Lo que ellos interpretaban que era amor y que podían. Y a mí me gustaría formar una familia con otras bases. Por suerte, puedo estar consciente de hacer algo diferente. Hay gente que vuelve a repetir y queda como encerrado en esos vínculos familiares que nos marcan de por vida y que son muy dolorosos.
-Vos te referís a que en tu casa se vivieron hechos de violencia de parte de tu papá hacia tu mamá. ¿Esto duro mucho tiempo? No, cuando yo era chica, hasta los 5 años más o menos. Después mi papá pudo transformar eso, pudo cambiar. Pero, igualmente, siempre hubo una violencia verbal en la relación entre ellos. Muchas discusiones, muchas peleas, muchas navidades sin festejar, muchos gritos. Dentro de todo tuve una infancia linda, en mi barrio, en Rosario, con muchos amigos, amigas, muy contenida también por todo eso, por mis abuelos, por los colegios a los que fui. Siempre trato de rescatar lo bueno.
-¿Los perdonaste? Sí, por supuesto.
-Me contabas que ellos murieron en el 2008. Mi papá tuvo un infarto, que fue muy inesperado. Los 17 años que viví en mi casa no tenía una buena relación con mi papá. Pasaban meses y quizás ni nos hablábamos. Después, cuando yo me vine a vivir a Buenos Aires, con los años, ellos se separaron y creo que a mi papá ahí le bajó la ficha de un montón de cosas de él, de su vida, de sus vínculos, y pude entablar con él otro tipo de relación. Más del tacto, del cariño, de amistad. Entonces, tuve la suerte de poder recuperar un montón de tiempo perdido. Más o menos desde los 19 hasta los 28, que tenía yo cuando mi papá falleció, pudimos conectar y estar juntos. Si bien tuvo una vida un poco de excesos, había dejado de fumar, estaba cuidándose con las comidas y, sin embargo, tuvo este episodio, este ataque cardíaco. Y mi mamá era enferma cardíaca. Mi papá tenía 50 cuando falleció y mi mamá también.
-Muy jóvenes Muy jóvenes. Y ellos habían estado desde los 16 años juntos. Se casaron a los 22 y vivieron casi toda una vida. Si bien estaban separados hace 10 años, cuando mi papá fallece, mi mamá se empieza a deprimir y empieza a tener síntomas que los médicos no podían saber por qué los tenía. Nosotros pensamos con mi hermano que estaba somatizando un poco la muerte de mi papá, una mezcla de depresión. Estando internada, se descompuso, le bajó la presión, no pudieron hacerla reaccionar y un poco esta sensación de dejarse morir. Y de querer irse con él. A pesar de estar hace 10 años separados, yo creo que había algo muy fuerte entre ellos. Y se fue con él.
-Y para vos fue durísimo Sí. La muerte de mamá más dura que la de mi papá, porque no pensamos que se estaba muriendo, realmente. Imaginate: estaba internada y nosotros con la tranquilidad de que estaba resguardada y cuidada. Le sucedió igual. Así que fue duro. Cuando te pasan estas cosas, en la vida se te reorganiza todo y ponés sobre la mesa un montón de cosas.
-Te cambio de tema. ¿Volverías a un reality hoy? No, hoy no. Ya está. Estuvo bueno en su momento, que tenía 20 años y estaba ahí perdida, barrileteando por la vida, y un poco me sirvió como anclaje, a empezar esta carrera en los medios que me dio muchas satisfacciones. Pero hoy estoy en una etapa en la que elijo lo que hago y estoy muy minuciosa en cada cosa que hago, con cada persona que comparto el tiempo. O sea, muy minuciosa en dónde pongo la energía. No me veo para nada dentro de un reality con tanta gente.
-Pero, ¿podrías, por ejemplo, ser panelista en un programa de espectáculos? No me lo planteé. Pero uno vive en este mundo, en esta sociedad, entonces tampoco es irme a vivir al Himalaya. Entonces, tenés que tener un piecito de este lado y un pie del otro. Igual no me veo. Estuve en Fox dos años y ahí era más deportivo, cubriendo el Mundial, Copa América... Eso me gustó mucho. Pero ahora estoy como en esta faceta de poder experimentar lo de esta obra, donde tengo un personaje que tengo que trabajar emociones fuertes, y eso me presenta un desafío.
"ESTAR EN UN REALITY ME SIRVIÓ CUANDO TENÍA 20 AÑOS, PERO HOY ESTOY EN UNA ETAPA EN LA QUE SOY MÁS MINUCIOSA CON LO QUE HAGO".
-¿A Showmatch volverías? No, por el momento no.
-En este camino espiritual te apoyaste mucho en la meditación. ¿En qué más? La meditación es un gran punto de partida. Y después en profundizar, en el autoconocimiento. También en buscar momentos de soledad, pero en esa soledad linda, ¿no? Que uno teme, que uno le escapa. Aprender a disfrutar de esa soledad de estar con uno mismo, que está buena. Y que está todo adentro. Creo que si realmente uno llega a profundizar y a conocerse, ya deja de necesitar cosas de afuera. Es como que realmente tenés el control de tu vida. Porque si no es todo el tiempo demandando a la gente que intente darte algo, una seguridad que nunca te la va a dar. Porque solo vos mismo podés tenerla.
-¿Tuvo que ver con tu infancia esta necesidad de sentirte segura? Sí, por supuesto. Yo creo que los primeros años de vida es donde más marcan toda tu vida. Entonces, por eso que los padres tienen que ser muy cuidadosos y esto de darle seguridad al niño. Porque es la seguridad que va a tener durante toda su vida.
-¿Miedo a qué le tenés? Ya no le tengo miedo a nada.
-¿A nada? ¿Ni a la muerte? No. Es que si no existe la muerte, no podés disfrutar la vida. Si uno disfruta la vida, la muerte y la vida es parte de lo mismo.
-¿Qué temas te interesan de la actualidad? Me contabas antes que, de a poco, te fue interesando la política. Sí, me interesa en el sentido del aporte de cada uno, ¿no? Desde el granito de arena que uno pueda aportar. Creo que el cambio empieza de lo micro a lo macro. O sea, de lo más íntimo a lo más grande. Me parece que cuando uno cambia, evidentemente, cambiás el entorno y así cambiás la sociedad. Desde pequeñas cosas: desde la compasión con el prójimo, la empatía, la unidad. Lo veo mucho cuando prendo la tele, cuando escucho de política... Me parece que nunca nos ha llevado a nada. Me parece que viene otro nivel de conciencia que tiene que ver con eso. Que, de a poco, yo veo que te cruzás a gente que piensa igual o que está en esa sintonía. Y me parece que es de la única forma que vamos a poder salir de todo esto. O sea, validando la parte humanística.
-Si te encuentro dentro de 10 años, ¿dónde quisieras estar? Me río porque justo ayer estaba pensando eso... Dentro de 10 años me gustaría dedicarme a escribir. Me gustaría haber formado una linda familia, con base en el respeto, el amor; con un buen compañero al lado, que pueda cumplir el rol de padre como corresponde; y pido sabiduría en mi vida.
-¿En septiembre te vemos en el teatro? Me ven en el teatro. Todavía no confirmamos el teatro, estamos buscando sala, pero sí, con "Réquiem para una sinfonía". Con Alejo Ortíz, dirección de Claudio Pérsico y producción de Catarain.
Sábado, 11 de julio de 2015
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