EEUU Masacre de Charleston revive polémica por armas y racismo en EEUU El asesinato forzó a los aspirantes a la Casa Blanca a posicionarse sobre dos temas delicados en ese país La histórica iglesia metodista Emanuel African American Episcopal reabrió este domingo sus puertas cuatro días después de que Dylann Roof, de 21 años, perpetrara en su interior una de las peores matanzas cometidas en un centro religioso del país: asesinó a tiros a nueve feligreses afroamericanos.
En estas cuatro jornadas, Barack Obama habló más de armas que de racismo, mientras que la aspirante demócrata a la Casa Blanca Hillary Clinton se pronunció sin ambages sobre ambos temas controvertidos y sus competidores republicanos prefirieron esquivar debates espinosos.
"Seamos claros. En algún momento, como país, tendremos que considerar el hecho de que este tipo de violencia masiva no sucede en otras naciones avanzadas. No sucede en otros lugares con esta frecuencia", dijo Obama en su primera comparecencia tras el suceso.
Esa fue al menos la decimoquinta ocasión, según el recuento de los analistas, en la que Obama ha tenido que hacer una declaración similar tras un tiroteo masivo durante su Presidencia, "demasiadas veces", como él mismo ha reconocido.
No haber sido capaz de avanzar en el control de la venta y posesión de armas es una de sus mayores frustraciones como presidente y, a juzgar por sus palabras de estos días, no tiene muchas esperanzas de conseguirlo en el año y medio que le queda de mandato.
"No tiene sentido que no podamos ponernos de acuerdo para mantener las armas fuera del alcance de los maltratadores, de los enfermos mentales o incluso de personas que están en una lista por sospechas de terrorismo", dijo el sábado Hillary Clinton.
La demócrata se refería al fracaso que han encontrado en el Congreso, controlado ahora por los republicanos, todas las iniciativas de Obama en este sentido, incluso una medida bipartidista de 2013 que establecía un sistema de verificación de antecedentes para la venta de armas.
"Los costes son demasiado altos, y no tengo ni tendré miedo de seguir luchando para tener leyes de sentido común sobre las armas, en honor de todas las víctimas de la violencia sin sentido en este país", aseguró Clinton, posicionándose como continuadora de la tarea que no ha podido completar Obama.
La demócrata llamó, asimismo, a abordar abiertamente este y otros temas controvertidos en la nación: "tenemos que enfrentar las duras verdades sobre raza, violencia, armas y división", afirmó.
Su competidor en la carrera demócrata por la Presidencia Martin O'Malley también hizo una "llamada a la acción" en materia legislativa para acabar con lo que definió como "una horrible epidemia de violencia con armas" en el país.
El también aspirante demócrata a la Casa Blanca Bernie Sanders hizo énfasis en que este suceso es un "recordatorio horrorífico" de que EEUU, a pesar de los importantes avances en derechos civiles, "está lejos de haber erradicado el racismo".
Los aspirantes republicanos, cuyo electorado es mayoritariamente blanco y contrario al control de armas, evitaron tanto como pudieron abordar directamente estos dos espinosos asuntos en sus discursos y condolencias tras el suceso.
El ex gobernador de Florida Jeb Bush centró su mensaje en la defensa de la religión y dijo que "no sabía qué había en la mente" del asesino, una frase muy criticada y aclarada posteriormente por un portavoz, que dijo que el republicano sí pensaba que el crimen tuvo una motivación racista.
Bush no dijo ni una palabra sobre las armas, asunto al que sí refirieron otros aspirantes de su partido a la Casa Blanca para dejar claro que creen que matanzas como la Charleston no se solucionan con leyes de control de armas.
"Hay algo terriblemente equivocado en nuestro país. Pero no es algo que pueda arreglarlo el Gobierno", dijo Rand Paul, el mismo mensaje que lanzaron Ted Cruz y el potencial aspirante Chris Christie.
Marco Rubio obvió el tema durante un discurso en la reunión anual de la organización cristiana Faith and Freedom Coalition, por la que pasaron todos los aspirantes republicanos, y se limitó a un mensaje de condolencias vía Twitter.
Más ruido hizo Rick Perry, que recibió numerosas críticas por referirse al suceso como "accidente" y quien esgrimió ante el mismo foro que Obama y los demócratas han vuelto a "usar" una tragedia para impulsar el control de armas.
"Cada vez que hay un accidente como este, el presidente es claro. No le gusta que los estadounidenses tengan armas, por eso usa cada oportunidad, y esta es otra de ellas, para ir a repetir ese mensaje como un loro", dijo el exgobernador de Texas.
Lunes, 22 de junio de 2015
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