SUPERCLÁSICO Gallardo: "Mejor perder ahora y no en lo que viene" La serie con Boca tiene puntos en común con las semifinales de la Copa Sudamericana 2014; después de la caída con Huracán, por la Supercopa Argentina, Gallardo apunta a fortalecer al grupo El futuro lo traslada al pasado. River mira la agenda y su cabeza vuela a aquel póker de partidos que jugó entre el 16 y 27 de noviembre de 2014, una seguidilla que selló su suerte en el torneo argentino y alimentó el sueño de volver a consagrarse en un certamen internacional. Hay coincidencias y también contrastes en la nueva aventura que empezarán a desandar los millonarios, con la trilogía superclásica como máxima atracción. Diecisiete días de tensión, nerviosismo, que moverán la aguja para lo que resta del semestre. Después, ya nada será igual.
Con matices, Gallardo y este plantel ya caminaron un sendero parecido. Hace poco más de cinco meses, cuando también Boca se interpuso en la hoja de ruta. Aquella vez, el Muñeco tenía que equilibrar las cargas entre el torneo y la Copa Sudamericana. Olimpo y Racing se intercalaron entre los dos clásicos; el empate con los bahienses en el Monumental y la caída con Racing, en Avellaneda, lo desanimaron en la pelea por el título que se llevó la Academia, que tomó rédito de la alineación alternativa que dispuso River para ese encuentro que se definió con un autogol de Funes Mori. A esa altura, River jugaba sus fichas a la Copa Sudamericana, donde eliminar a los xeneizes era una cuenta pendiente en la historia. Era la ocasión para quitarse una espina que le incomodaba desde hacía 10 años, cuando Boca se impuso, en definición por penales, en Núñez, por la Copa Libertadores. El gol de Pisculichi y el penal que Barovero le detuvo a Gigliotti le dio un pleno a la planificación del cuerpo técnico.
La derrota con Huracán, por la Supercopa Argentina, anteanoche, en San Juan, fue una frustración que hizo retroceder algunos casilleros la tarea del técnico Marcelo Gallardo. El Muñeco intentó abstraer al grupo del ambiente que rodea a River ante los tres encuentros con Boca, algo que también pretendió realizar en el semestre pasado. "Estoy triste. Estoy caliente por las circunstancias de no poder ganar una Copa en juego. Mejor perder ahora y no en lo que viene", analizó el técnico, proyectando que será más difícil mitigar una eliminación frente a los xeneizes, por la Copa Libertadores. La caída duele y le impide aprovechar el empuje que le dio la sufrida clasificación, en la última jornada, para los octavos de final de la Copa Libertadores. Aquel desahogo futbolístico tuvo un correlato con la victoria sobre Banfield, un triunfo que, además, permitió continuar en lo más alto de la tabla de posiciones, junto con? Boca. Así llegó River a la definición en la noche sanjuanina, envalentonado y con el espíritu en alza para levantar un nuevo trofeo, el segundo del año, después de ganar la Recopa Sudamericana. Era una oportunidad para enseñarle a los xeneizes que después de sufrir, y mucho, llegaba el momento de disfrutar e infundir temor al rival de siempre.
"Entendían que nos estábamos jugando otro título. Las cosas a veces no salen. Nos viene bien para apuntar cosas, para hacer un análisis profundo. Estamos con objetivos claros. Con la ilusión de ganar, empezaremos a meternos de lleno en el partido del domingo. Nos golpea lo de hoy [por anteanoche], pero mañana hay que levantar a la tropa para llegar bien. Más entusiasmo que por lo que viene...", señaló Gallardo, en la madrugada, después de la derrota. Una crítica, una fotografía de lo que valía ese partido que entrega una estrella como recompensa.
Con Boca por triplicado, la primera vez por el torneo doméstico, el domingo, en la Bombonera, y con Racing colándose en el calendario, River y Gallardo mira el pasado para repetir el futuro.
Lunes, 27 de abril de 2015
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