EMPEDRADO Día de la Memoria: Para el intendente Mieres “hoy recordamos una fecha que no debería haber existido” Lo dijo el jefe comunal este lunes en la plaza 25 de Mayo, durante el acto en conmemoración al día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Aquí el discurso completo. "Señora Vice intendenta; señores Concejales, Personal de Gabinete, Fuerzas de seguridad, Agrupaciones, Políticas, Civiles, Autoridades Eclesiásticas, Educativas e Instituciones presentes señoras y señores, conciudadanos: el 24 de marzo de 1976 y hasta el 10 de diciembre de 1983, se instaló en nuestra Patria un gobierno de facto a cargo de las Fuerzas Armadas que se atribuyó la suma del poder público, se arrogó facultades extraordinarias y en el ejercicio de esos poderes ilegales e ilegítimos aplicó un terrorismo de Estado que se manifestó en la práctica sistemática de graves violaciones a los derechos humanos.
Hoy nos reunimos para recordar una muy triste fecha que prevalece en los corazones de todos, recordamos la masacre de miles y miles de argentinos a manos de un gobierno dictador que lo único que buscaba era hacerse cada día más rico, hoy recordamos una fecha que no debería haber existido, una fecha en la que miles de madres, hijos, esposas y esposos perdieron a sus más preciados familiares.
El Honorable Congreso de la Nación dispuso por ley que esta fecha, “Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia”, figure entre los feriados nacionales inamovibles. Debe ser ésta, entonces, una jornada de duelo y homenaje a las víctimas y también para la reflexión crítica sobre la gran tragedia argentina que se abrió un día como hoy de 1976 con el golpe militar que fue el camino y el instrumento del terrorismo de Estado, la más cruenta de las experiencias antidemocráticas que nuestra Patria haya padecido.
Vengo a hablar a toda la sociedad empedradeña, porque aquel golpe no se redujo a un fenómeno protagonizado por las Fuerzas Armadas. Los golpes de Estado padecidos por los argentinos han tenido en el siglo XX una larga, luctuosa y difícil historia y nunca constituyeron sólo episodios protagonizados por militares, sectores de la sociedad, de la prensa, de la clase política argentina, ciertos sectores de la ciudadanía tuvieron también su parte cada vez que se subvertía el orden constitucional. Han contado también con el aporte de otros factores culturales, el aporte de distintas concepciones del mundo de diversas ideologías, de los medios de comunicación y de muchas instituciones que nunca toleraron el principio rector de la soberanía popular; había algunos que hasta decían que el general Videla era un general democrático y que era la transición que necesitábamos. Ese conglomerado económico cultural, social y político trató y lo logró por mucho tiempo de convertir a las Fuerzas Armadas en el brazo instrumental y protagónico de ese proyecto que afectó tanto a la estructura de la sociedad, como del país en general.
A partir del 24 de marzo de 1976, se aplicó un plan coordinado y sistemático de exterminio y represión generalizados, con un costo humano minuciosamente calculado, que sometió a miles de personas al secuestro, a la tortura y a la muerte y los convirtió en “ausentes para siempre”. Otros miles poblaron las cárceles sin causa o con procesos ilegales y muchos miles más encontraron en el exilio la única forma de sobrevivir. Cientos de niños fueron arrancados de los brazos de sus madres en cautiverio al nacer y privados de su identidad y de su familia. No se trataba de excesos ni de actos individuales.Fue un plan criminal, una acción institucional diseñada con anterioridad al 24 de marzo y ejecutada desde el Estado mismo bajo los principios de la doctrina de la Seguridad Nacional.
La mayoría de las víctimas pertenecían a una generación de jóvenes, hijos de muchos de ustedes, hermanos nuestros, con un enorme compromiso con la Patria y el pueblo, con la independencia nacional y la justicia social, que luchaban con esperanza y hasta la entrega de sus vidas por esos ideales. Pero más allá de estos miles y miles de víctimas puntuales, fue la sociedad la principal destinataria del mensaje del terror generalizado. El poder dictatorial pretendía así que el pueblo todo se rindiera a su arbitrariedad y su omnipotencia. Se buscaba una sociedad fraccionada, inmóvil, obediente, por eso trataron de quebrarla y vaciarla de todo aquello que lo inquietaba, anulando su vitalidad y su dinámica y por eso prohibieron desde la política hasta el arte.
Sólo así podían imponer un proyecto político y económico que reemplazara al proceso de industrialización sustitutivo de importaciones por un nuevo modelo de valorización financiera y ajuste estructural con disminución del rol del Estado, endeudamiento externo con fuga de capitales y, sobre todo, con un disciplinamiento social que permitiera establecer un orden que el sistema democrático no les garantizaba.
Muchos de los aquí presentes lo han vivido, muchos otros lo están lo escuchando por primera vez, todos tenemos que tender a que en un futuro esto no se repita y eso solamente se lograra con la convivencia pacífica de hechos e ideas que nos hermanen en un futuro de prosperidad de nuestra patria. Hoy las cosas han cambiado para nosotros, vivimos en una democracia, todos aquellos que han sido víctimas de crímenes de estado o contra el estado, puedan hacer valer sus derechos y exigir justicia y sobre todo, la verdad.
Lunes, 24 de marzo de 2014
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