HABLO DE GESTOS DE PERDON Y DE SERVICIO EN LA VIDA COTIDIANA El Viernes Santo, Stanovnik recordó que puede convertirse el dolor en actos de amor El día que la Iglesia conmemora la pasión y muerte de Jesús, monseñor recordó el gesto de entrega del Señor. La misa fue en la Catedral, la cual estuvo colmada por fieles. Acompañaron sacerdotes al arzobispo.
En esa entrega amorosa y obediente, Jesús desactiva el poder de la muerte representada en ese signo, y así convierte la maldición en bendición y el odio en amor. Definitivamente, el pecado, la muerte y el mal, ya no tienen poder sobre él ni sobre aquellos que creen en él. Por eso exclamamos con las palabras de la Oración ante la Cruz de los Milagros: “¡Jesucristo, vida y esperanza nuestra!”, exclamó ayer monseñor Andrés Stanovnik en la celebración de la Pasión en la iglesia Catedra correntina. El arzobispo de Corrientes, citó las palabras de San Pablo quien expresó que “la cruz es fuerza y sabiduría de Dios”. La fuerza y la sabiduría “se liberan desde el momento en que Jesús abraza la cruz por amor y confía totalmente en Dios, su padre”. A su vez recordó que el “signo de maldición, de tortura y de muerte, abrazado por amor, se convirtió en Evangelio, es decir, en el gran anuncio de la Buena Noticia”. “Tratemos de acercarnos un poco más a la paradoja de la cruz, a ese signo de contradicción que en unos provoca sentimientos de amor y de paz, y en otros actitudes de rechazo y sentimientos de furia. Este profundo contraste acompaña la historia de la humanidad desde sus inicios y llega a su punto culminante en el calvario, cuando Jesús muere en la cruz”, pidió a los fieles, el pastor de la iglesia correntina. Monseñor aseguró que “por el poder y la sabiduría de la cruz, sabemos que el mal no triunfará, ni el odio tendrá la última palabra”. “La cruz abrazada por Jesús nos enseña que el amor todo lo puede, que compartir con los más pobres nos hace misioneros de su misericordia y nos muestra el camino que nos lleva al cielo. Con el beso santo que en unos instantes más daremos a Jesús crucificado, queremos comprometer nuestra vida de discípulos en unirnos más íntimamente a Jesús que se nos entrega en la Eucaristía, para ser fervorosos misioneros de su amor”, expresó Stanovnik ayer en la Catedral de la ciudad. Por último, el arzobispo de Corrientes pidió llevar a la vida cotidiana el “beso santo” convirtiéndolo en gestos de perdón y de cercanía con todos, sobre todo con aquellos que están más alejados o los que han hecho algún daño. Encomendó la vida de todos a la protección de la virgen María junto a la cruz de su hijo.
Sábado, 4 de abril de 2015
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