POR ORLANDO GUSTAVO PASCUA Cuestión Malvinas, Política de Estado Sin lugar a dudas que todo acontecimiento político, social, económico, cultural, educativo, sanitario, bélico, tiene visiones como protagonistas tuvo dicho suceso. Lo que es indiscutible son los hechos que se desarrollaron durante el evento. Malvinas y fundamentalmente el conflicto bélico de 1982 contiene todos estos conceptos. Como sociedad, como pueblo, en estos buenos tiempos de debate, de quienes somos realmente, de dónde venimos, de reconstruir nuestra identidad, Malvinas es sin lugar a dudas el eje convocante más importante e imprescindible, no solo en nuestra Patria la Argentina, sino en la Patria Grande Latindoafroamericana.
Por ello es que están aquellos que pretenden mantener el status quo de la historia y situar a la cuestión Malvinas y el conflicto de 1982 dentro de esa misma concepción donde todo está dicho y nada se puede discutir con la visión de una epopeya belicista y gesta patriótica, visión mitrista, oligárquica y autoritaria.
Es justo recordar y reivindicar a aquellos primeros patriotas que resistieron la usurpación, al primer defensor Combatiente de Malvinas el entrerriano nacido en Arroyo de la China (sitio donde la Confederación de los Pueblos Libres juró la independencia de todo poder extranjero en junio de 1815) Antonio “El Gaucho” Rivero, quien desde agosto de 1833, lideró una rebelión de criollos e indígenas, dos gauchos y cinco originarios, defendiendo la soberanía argentina y desconociendo la autoridad impuesta de los británicos. Estos patriotas arriaron la bandera británica y enarbolaron la bandera argentina. Siendo derrotados recién en enero de 1834, llevados a Gran Bretaña y regresados luego a nuestro país. El Gaucho Antonio Rivero muere el 20 de noviembre de 1845 combatiendo en la Vuelta de Obligado, acción patriótica anticolonialista hoy gratamente reconocida y reivindicada.
Malvinas define al concepto de soberanía en su concepción integral y amplia, en lo político, económico, social, educativo, cultural y territorial. Ante la diversidad de miradas es necesario profundizar el debate.
Es inexcusable revisar el pasado para construir un futuro mejor, sin ánimo de revancha ni de venganza, condenar a los militares argentinos responsables de los delitos de lesa humanidad sucedidos en Malvinas, los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas británicas y recuperar la identidad de las 123 tumbas NN (de las 237) en el Cementerio de Darwin.
Cuando se hace referencia a los caídos en el conflicto bélico se los define como héroes, no todos los fueron. Haber fallecido en Malvinas no borra hechos y actitudes individuales anteriores. Se es héroe o represor, no los dos conceptos al mismo tiempo. En Malvinas estuvieron represores y torturadores de los centros clandestinos de detención, el caso Giachino es el más emblemático, documentaciones y testigos -todos en la Justicia- lo señalan como partícipe activo en la Base Naval de Mar del Plata. El gobernador de las Islas Mario Benjamín Menéndez, el comandante del desembarco el 2 de abril contralmirante Busser (ya fallecido, cumplía prisión domiciliaria), la mayoría de los jefes de las unidades militares en Malvinas como Parada y Mabragaña, Astiz, Pernías, Rolón, Acosta, Cionchi, Binotti, Barreiro, Losito, varios pilotos de los “vuelos de la muerte” y tantos otros, todos involucrados por delitos de lesa humanidad, procesados o condenados.
En el contexto actual de reivindicación de la política es de significativa importancia repotenciar la Causa Malvinas, porque ella encierra la concepción integral de Soberanía. Malvinas integra todo; lo político, lo social, lo cultural, lo económico, lo educativo, lo territorial.
Si hablamos de Recursos Naturales, hablamos de Malvinas (hidrocarburos, pesca etc.).
Si hablamos de Desmilitarización, hablamos de Malvinas (base militar británica de Mount Pleasant).
Si hablamos de Pueblos Originarios, hablamos de Malvinas (aproximadamente un 20% de los que participaron y cayeron en Malvinas en el conflicto bélico de 1982 fueron hermanos Qom, Wichis, Pilagas, Guaraníes, Tehuelches y otros).
Si hablamos de Integración Regional Latinoamericana, hablamos de Malvinas (el 82 demostró claramente esa Unidad, y hoy tenemos al Mercosur, la Unasur, la Celac, etc.).
Si hablamos de Geopolítica, está Malvinas como un lugar estratégico política y militarmente. Unico paso natural entre el Atlántico y el Pacífico. Y no olvidemos la importancia de la Antártica.
Si hablamos de Derechos Humanos, Crímenes de Guerra, Tumbas NN y Delitos de Lesa Humanidad, hablamos de Malvinas, (así lo demuestran las denuncias presentadas ante la Justicia Federal, en el marco de la Memoria, la Verdad, la Justicia y la Soberanía).
Y si hablamos de Democracia, Malvinas está presente (ella también posibilitó apurar la recuperación de la Constitución y la Leyes).
Malvinizar Malvinas es hablar de integridad territorial, de soberanía social y política, de destino nacional autónomo, de alianzas estratégicas, es hablar sobre las cosas que nos faltan o de las que estamos en proceso de recuperar.
La política británica de continuar desconociendo las resoluciones de Naciones Unidas que aconsejan discutir la soberanía de las islas del Atlántico Sur, o llevar adelante la exploración de petróleo de la cuenca de Malvinas, o realizar operaciones militares, muestran a las claras una actitud colonialista vetusta.
La política actual del Gobierno Argentino, articulando alianzas con los países hermanos de la región latinoamericana y de otros países del mundo en función del reclamo y de nuestros derechos soberanos sobre las Islas del Atlántico Sur va en la dirección correcta. Es el camino más largo, pero que con seguridad tendrá el resultado que todos anhelamos.
Y el compromiso de los Presidentes de pueblos hermanos con solidaridad no es solo en el discurso, sino en la práctica concreta.
Mención especial merece la lamentable resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación al señalar en tres reglones que las torturas a los soldados conscriptos en Malvinas no son considerados delitos de lesa humanidad, una señal gravísima de avalar la impunidad; ante ello las organizaciones de combatientes malvineros recurriremos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Malvinas nos convoca, una vez más, como Política de Estado, a pensar nuestro pasado, en función de un presente de construcción de recuperar nuestra soberanía dentro del marco convocante de los paradigmas de la Memoria, la Verdad, la Justicia, la Soberanía y la Democracia.
* Combatiente de Malvinas – Trabajador de Prensa
Coordinador Nacional Red Compromiso Social por Malvinas
Jueves, 2 de abril de 2015
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