EN LA HOMILIA DEL MIERCOLES DE CENIZA Stanovnik abrió la Cuaresma con un pedido de justicia El representante de la iglesia católica de Corrientes habló del caso Nisman y dijo que la incertidumbre “daña la salud de la democracia”. La celebración del inicio del camino a la Pascua fue anoche en la Iglesia Catedral, donde el sacerdote se refirió a la necesidad de conversión.
En la homilía de la celebración del Miércoles de Ceniza, monseñor Andrés Stanovnik pidió a las autoridades y a toda la dirigencia política que colaboren para esclarecer la muerte del doctor Natalio Alberto Nisman. En la fecha en que en el país miles de personas salieron a las calles a pedir justicia y verdad ante el hecho, el representante de la iglesia católica de Corrien-tes dijo que confía en que las instituciones de la república actuarán de forma correcta. “El camino de conversión es hoy, en cierto modo, válido para todos los argentinos, pero en particular para las autoridades y toda la dirigencia política que tiene la responsabilidad de poner todo el esfuerzo, honestidad y capacidad investigativa, para alcanzar la verdad, única base de la justicia ante la muerte del señor fiscal, Dr. Natalio Alberto Nisman”, expresó Stanovnik. A su vez agregó que “este lamentable acontecimiento nos tiene a todos conmocionados, perplejos y sumidos en la incertidumbre”. “No obstante, como se expresó la Comisión Ejecutiva del Epis-copado, confiamos en las instituciones de la república para superar las sombras de impunidad que dañan la salud de la democracia”, agregó respecto a la muerte que movilizó al país y llegó a los más importantes medios internacionales. Por otra parte, la homilía de monseñor se centró en el significado de la Cuaresma, “un tiempo para convertirnos a Dios y suplicar la gracia de reconciliarnos con él”. Además, habló del peligro de colocarse en el centro de la vida a uno mismo y no a Dios. “El tiempo de Cuaresma es una invitación para dejar que la gracia actúe en nuestra vida y desactive todo rencor, resentimiento y rabia que nos alejan de Dios y de nuestros prójimos. La ceniza es un signo exterior que po-ne de manifiesto ese profundo deseo interior de cambio y renovación en nuestra vi-da. El signo de la ceniza convoca a mucha gente que se acerca a la Iglesia para recibirla en la frente”, expresó el arzobispo. En la homilía del Miér-coles de Ceniza indicó que “Jesús advierte sobre el gra-ve peligro que amenaza al ser humano cuando se coloca en el centro para mirarse y para ser mirado por los otros”, e hizo referencia a un pasaje bíblico en el que Jesús dice: “Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa”. “Obviamente, Jesús no se refiere a las ‘selfies’, sino a la indiferencia que nos hace insensibles y ciegos a las necesidades de los otros, es-pecialmente las de los más pobres”, agregó. “El camino de conversión que propone Jesús comporta tres momentos. Primero, la oración frecuente, sincera y confiada. Segundo, la limosna, entendida no como dar de lo que a uno le sobra, sino como amistad que busca acercarse para compartir y aliviar tantas necesidades materiales y espirituales de los que menos tienen. Y tercero, el ayuno, que por cierto incluye el alimento material, pero que deberíamos entenderlo también como ayuno que disciplina las pasiones”, comunicó a los fieles. A su vez pidió “plegaria junto a los hermanos de otras confesiones cristianas y de otros credos”. “Entre-mos con toda confianza en este tiempo que nos brinda la Iglesia”, requirió. Monseñor Stanovnik acon-sejó que “reorientemos nuestra vida hacia Dios y hacia nuestro prójimo”. “Cuando se pierde esta orientación fundamental, el ser humano cae en la indiferencia”, dijo el arzobispo.
Jueves, 19 de febrero de 2015
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