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GIRA La gira de Francisco por Filipinas: el riesgo y los peligrosos antecedentes con otros papas En el pasado, dos atentados contra pontífices tuvieron lugar en Manila. El presidente filipino militarizó la capital. Las medidas de seguridad son insólitas y estarán a cargo de la Policía y el Ejército
Cuando en horas de la tarde el papa Francisco emprenda una de las giras más importantes de su gobierno al frente de la Iglesia Católica, la seguridad vaticana deberá al mismo tiempo afrontar un desafío mayúsculo: mantener al Santo Padre a salvo.
Desde el aeropuerto de Fiumicino, el cardenal de Roma, encarará la séptima de sus giras como Papa. Su primer destino será Sri Lanka, donde estará hasta el viernes, día que arribará a Manila, capital filipina. En ese país Francisco tiene una imagen favorable del 88 por ciento.
Pero es en Filipinas dónde la custodia papal deberá estar más atenta. Fue allí mismo donde fanáticos ya intentaron asesinar a otros dos pontífices. Paulo VI y Juan Pablo II fueron los objetivos, con 25 años de diferencia entre un hecho y el otro.
El primero de ambos intentos de asesinatos ocurrió el 27 de noviembre de 1970, cuando Paulo VI escapó de un complot para terminar con su vida. Fue en momentos en que el artista boliviano Benjamín Mendoza y Amor se escurrió por la seguridad del aeropuerto de Manila disfrazado en una sotana y acuchilló con una daga al líder de la Iglesia Católica. El papa fue levemente herido y Mendoza fue neutralizado por otros dos obispos que se encontraban al lado del Santo Padre. Luego, el artista surrealista -tal la profesión del atacante- fue detenido. Hoy vive en Lima, Perú.
En 1995, Juan Pablo II sorteó un ataque con bomba. Fue obra del destino que no recibiera heridas: el artefacto explotó antes de tiempo. Era la segunda vez que el papa polaco arribaba a Manila, uno de los lugares con mayor número de fanáticos. Ramzi Yousef, el mentor del ataque fue un extremista islámico que fue condenado posteriormente por el primer ataque terrorista que sufrió el World Trade Center, en 1993. Yousef había alquilado un departamento cercano a la embajada vaticana en la capital y también utilizó vestimentas sacerdotales para pasar inadvertido.
Filipinas no quiere revivir lo ocurrido en 1970 y 1995. Es por eso que el gobierno central dispuso un operativo de seguridad inédito para la nación: 37 mil agentes, entre policías y militares, estarán a disposición de la seguridad de Francisco. El jefe del operativo, Gregorio Catapang, describió el plan como "la mayor pesadilla de seguridad" del gobierno.
La seguridad dispuesta por la administración filipina se unirá a la Guardia Suiza, encargada de la seguridad de la máxima autoridad católica. Vuelos cancelados, bloqueo de señales móviles, pañales para adultos a los policías para que no abandonen sus puestos de vigilancia y vallas en muchas de las principales arterias, son algunas de las medidas que se tomaron ante el arribo de Francisco, donde lo esperarán millones de filipinos.
"No hay duda de que en un gran encuentro como este, existe la posibilidad de que haya caos sin una amenaza terrorista, y un peligro incluso mayor si alguien planea sembrarlo", dijo Benigno Aquino, el presidente filipino en un mensaje televisado. El mandatario sugirió que "podría haber gente que quiera hacerse un 'selfie'" con el papa y alertó de que "incluso una persona rompiendo el cordón de seguridad podría desencadenar una estampida".
"Y os pregunto, ¿queréis que la historia recuerde que una tragedia relacionada con el papa ocurrió en Filipinas?", preguntó a la población de esta nación mayoritariamente católica.
Lunes, 12 de enero de 2015
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