EN LA MISA EN LA CATEDRAL En Corrientes, el arzobispo Stanovnik pidió en Nochebuena por la dignidad humana “Al mirar el pesebre estamos invitados a renovar el mandamiento del amor y rechazar decididamente todo aquello que lesiona la dignidad humana y la sumerge en un mundo de tinieblas. En ese mensaje advertíamos que la ausencia de paz tiene su raíz en el corazón del hombre herido por el pecado. Vemos sus consecuencias en los desequilibrios sociales y económicos que reclaman un orden mundial más justo”, dijo en la homilía de la misa de Nochebuena, monseñor Andrés Stanovnik. El representante de la iglesia correntina nombró como consecuencias de desequilibrios al delito del narcotráfico y la trata de personas, los fanatismos que utilizan el nombre de Dios para justificar la muerte, el odio que cierra el camino a la reconciliación, la corrupción y la falta de ejemplaridad que empobrece el nivel moral de la sociedad, una cultura individualista que debilita los vínculos personales y los lazos comunitarios, un modo de pensar que privilegia el éxito del tener sobre la riqueza del ser y sus valores. “El hombre no se salva solo, por el contrario, solo y aislado no le queda más que su propia miseria”, expresó el arzobispo. “Sin embargo, al contemplar el grandioso misterio que se reveló con el nacimiento del Hijo de Dios, desbordamos de gozo con María, José y los pastores, reconociendo que la Navidad es el sí de Dios al hombre para acompañarlo a crear un mundo más humano, justo y fraterno”, dijo el arzobispo.
Viernes, 26 de diciembre de 2014
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