SYDNEY El gobierno australiano admitió que el secuestrador abatido no estaba bajo sospecha ni era vigilado Australia admitió hoy que el ciudadano iraní Mon Haron Monis, que en la víspera provocó la toma de rehenes en Sydney, no figuraba en ninguna lista de sospechosos de los organismos de seguridad a pesar de sus antecedentes, mientras el gobierno es blanco de duras críticas por el episodio. Al ser preguntado acerca de por qué Monis estaba libre y ni siquiera era vigilado, el primer ministro Tony Abbot respondió: "Es la misma pregunta que nos hicimos en la reunión de hoy del comité del Consejo de Seguridad Nacional".
El funcionario, con todo, argumentó que "incluso aunque este individuo enfermo y trastornado hubiese estado a la cabeza de nuestra lista de vigilancia, aunque se lo hubiese vigilado 24 horas, este incidente podría haber ocurrido de todas formas", informó la agencia DPA.
Paralelamente, la Cancillería de Irán aseguró hoy que las autoridades australianas conocían con anterioridad el estado de inestabilidad psiquiátrica del secuestrador.
El portavoz del ministerio sostuvo ante la agencia iraní Isna que el estado psiquiátrico del atacante era "claro" para los responsables del país (Australia).
El incidente se produjo en la víspera cuando Monis, quien había emigrado a Australia como refugiado en 1996, ocupó el Lindt Chocolate Cafe, en el centro de Sydney y secuestró a 17 parroquianos y empleados.
Luego de 16 horas de negociaciones infructuosas, el atacante fue abatido por la policía, operativo en el que también fallecieron dos de los rehenes, una abogada de 38 años y madre de tres hijos que habría tratado de proteger a una amiga embarazada y el gerente del café, de 34 años, quien según los medios podría haber tratado de quitarle el arma a Monis en un momento en que éste parecía haberse quedado dormido.
Sobre Monis pesaban previamente graves cargos, entre ellos 40 delitos por presuntos abusos sexuales y estar implicado en el asesinato de su ex esposa, pese a lo cual estaba libre bajo fianza.
Además, había sido acusado de enviar cartas ofensivas a las familias de los soldados australianos muertos en Afganistán, según medios de prensa.
Las explicaciones oficiales se conocieron mientras crecen las críticas al gobierno tras el final de la toma de rehenes, ya que muchos se preguntan por qué una persona con antecedentes y problemas mentales estaba libre bajo fianza, subrayó la agencia de noticias EFE.
A todo esto, en horas de la mañana Australia volvió a verse sacudida por el temor al detectarse un paquete sospechoso en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en Canberra, pero la policía informó poco después que se trataba de una falsa alarma.
De todas maneras, el edificio fue evacuado por alerta de bomba y varias calles en las inmediaciones fueron acordonadas por las autoridades como medida precautoria.
Martes, 16 de diciembre de 2014
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